Valores, Londoño y algo más
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- Egbert Lewis
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- - Actualizado: 11/4/2018 - 11:40 am
Como por estos días lo que menos nos sobra es tiempo y espacio, vamos a aprovechar para plantear algunos comentarios sobre varios temas que no podemos dejar que pasen por alto.
Valores Hípicos
Hace una semana se conoció de manera oficial a los ganadores en todas las categorías y, como siempre, no todo el mundo quedó feliz, pero debemos tener la madurez suficiente para aceptar la voluntad de la mayoría. Sin embargo, debo decir que antes, durante y aun después del evento de premiación, hubo muchos comentarios sobre el premio al entrenador Odín Londoño, quien ganó la ESTADÍSTICA por haber ensillado la mayor cantidad de ganadores en el 2017.
Quienes han seguido nuestra trayectoria saben que los tramposos y los dopadores han encontrado en esta columna a uno de sus principales enemigos, pero también saben que si hay algo que defendemos, es el imperio del derecho, y repudiamos todo acto que tenga tufo a persecución.
En un principio se había decidido no entregarle el premio que "legal y estadísticamente" ganó Londoño bajo argumentos que no veían al caso. Finalmente, la empresa que administra el hipódromo y sus ejecutivos comprendieron que no podían estar por encima del Reglamento de Carreras, de la Comisión Nacional de Carreras ni mucho menos de los números, y dispusieron detener lo que iba a convertirse una acción ridícula, por decir los menos. Sí, porque sería ridículo que no le reconocieran públicamente sus éxitos cuando en temporadas anteriores sí se ha hecho con otros y porque dentro de los registros oficiales de Estadísticas y Stud Book, forzosamente tenían que situarlo como el ganador, aunque a muchos les duela y les hieda.
Al señor Odín Londoño, con quien tengo la misma afinidad que tengo con el muchacho que me cuida el carro cuando lo estaciono el hipódromo, no se le podía negar que fue el campeón, como tampoco a nadie se le ha ocurrido en EE.UU. quitarle los más 3,000 imparables que conectó Pete Rose o los jonrones de Barry Bonds, Sammy Sosa o Mark McGwire, a pesar de que están prácticamente vedados para entrar al Salón de la Fama. Sencillamente, porque no se ha podido probar que todos los números que acumularon fueron producto de conductas que riñen con la reglamentación deportiva.
Aclarado el tema, dejemos que sean las instancias correspondientes las que decidan la situación legal de todos los entrenadores mencionados en casos de medicamentos regulados y no regulados, así evitarán viciar los casos más de lo que están.
Partidas
Por otra parte, ya va siendo hora de que los comisarios pongan algo de orden detrás del partidor automático. Es realmente fastidioso soportar la demora que se da ahí antes de cada carrera, sin importar si los ejemplares que compiten sean potros o veteranos. Ahora que hay más exposición de las carreras por aquello de la transmisión en vivo a través del Facebook, resulta más obvio que el problema no son tanto los animales, sino el pésimo manejo que desde lejos se ve.
Obviamente, la mayoría de los caballos presentan problemas de conducta, quizás por deficiencias en la doma y el entrenamiento, pero es indiscutible que todo esto se acentúa cuando llegan frente a la "barrera automática" que para muchos equinos es como una cámara de tortura.
Al final: partidas demoradas, ejemplares que salen mal, que se quedan dentro de la gatera, que se tiran a un lado, que lanzan a sus jinetes del sillín, se desluce el espectáculo y se perjudica a los dueños y apostadores por igual.
Me quedó otro par de temas pendientes, pero no hay espacio para más, así que dejémoslos en los pendientes para la próxima.
Fuetazo
Egbert Lewis
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