El olímpico solitario
- Gabriel Perea
- - Publicado: 01/8/2008 - 09:26 pm
Érase un tiempo tan lejano como el año 1948, pasada la segunda guerra, el lugar, Londres, Inglaterra. En aquella ocasión, Panamá alcanzó lo impensable en su segunda participación en los juegos olímpicos: dos preseas de bronce en los 100 y 200 metros planos, conquistadas por Lloyd Labeach. Medallas que siguen siendo hasta el día de hoy las únicas del istmo en toda la historia.
Fue una solitaria hazaña en nuestra fugaz aparición en el medallero olímpico. Sesenta años después, Panamá vuelve a soñar con otra medalla olímpica, nuestras esperanzas están puestas sobre los hombros de un canguro nacido en las tierras del arroz con coco, del congo y del pescao en frito. Hoy nadie recuerda al solitario saltador entrenado en el destartalado estadio vacío de Colón, sin público, sin multitudes que lo ovacionaran, sin destellos de cámaras, sin entrevistas, en una ciudad olvidada por los gobiernos históricamente, con el único impulso de la fe en sí mismo.
Esta es la triste y patética realidad de nuestros deportistas, tienen que surgir por esfuerzo propio, contra la apatía y el oportunismo de los dirigentes y de los gobernantes de turno. Nuestros deportistas no cuentan con el apoyo que otros países brindan al deporte. Nuestros deportistas son panameños que tienen que ganarse la vida al mismo tiempo que intentan triunfar en alguna disciplina. Para ellos no existen fondos suficientes, no existen partidas para apoyarlos.
Sin embargo, este año veremos nuevamente al Presidente del comité olímpico desfilar con nuestra minúscula delegación con igual o mayor número de delegados, aunque estos no compiten y nunca han ganado una medalla olímpica, pero sí participan ineludiblemente del viaje.
¿De qué nos sirve el Comité Olímpico de Panamá? Desde 1979 hemos tenido tres presidentes, con tan excelente desempeño que no hemos salido del sótano del medallero olímpico latinoamericano. ¿Qué hacen estos dirigentes además de cobrar y participar de los viajes? De algo sí estamos seguros, si surge otro olímpico solitario no habrá sido por el apoyo de nuestros dirigentes deportivos.
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