La responsabilidad del auditor y la empresa
- Ciudad de México
- - Publicado: 24/7/2001 - 11:00 pm
Los últimos escándalos financieros de empresas panameñas han puesto en duda el trabajo que realizan los auditores externos. Sin embargo, no está muy claro de quien es la responsabilidad en caso de que se presente un fraude en un estado financiero. ¿La responsabilidad es del auditor o de la administración de la empresa?
Según el socio de la firma KPMG, Alberto Diamond, hay limitaciones en una auditoría que afectan la capacidad del auditor para detectar representaciones erróneas sustanciales, entre ellas el uso de pruebas, las limitaciones inherentes de cualquier sistema de contabilidad y de control interno, y el hecho de que la mayor parte de la evidencia de auditoría es más bien persuasiva que conclusiva.
Señaló que estas razones no dan paso para que el auditor no tenga una determinada responsabilidad, ya que debe cumplir por tanto con las normas de auditoría como con el código de ética profesional en todas sus actuaciones. De acuerdo con la Normas Internacionales de Auditoría, el auditor debe planear la auditoría con una actitud de esceptisismo profesional reconociendo que pueden existir circunstancia que causen que los estados financieros estén sustancialmente representados en forma errónea.
Pero Diamond sostuvo que es importante resaltar que las propias Normas Internacionales de Auditoría establecen con claridad que la responsabilidad de la administración no se releva por el hecho de que el auditor haya practicado una auditoría. Las normas establecen que "si bien el auditor es responsable de formar y expresar una opinión sobre los estados financieros, la responsabilidad de preparar y presentar los estados financieros es de la administración de la empresa o entidad".
Diamond sostuvo que las Normas Internacionales de Auditoría son más concluyentes cuando dicen que "la responsabilidad por la prevención y detención de fraude y error descansa en la administración por medio de la implementación y continuada operación de sistemas de contabilidad y de control interno adecuado".
Indicó que la Comisión de Valores de los Estados Unidos ha recomendado que los auditores lleven a cabo algunos procedimientos de tipo forense en cada auditoría, para mejorar las posibilidades de detectar situaciones de fraude significativo en los estados financieros. Esto se debe a que la auditoría típica de los estados financieros no es una auditoría de fraude o un examen de evidencia tipo forense. Diamond manifestó que normalmente el auditor no asume que la administración es deshonesta, pero tampoco asume una honestidad incuestionable.
Sostuvo que la Comisión de Valores de Estado Unidos concluyó que la responsabilidad básica del auditor de obtener certeza razonable, pero no absoluta, respecto a que los estados financieros no están sustancialmente desvirtuados, establece su responsabilidad en un nivel apropiado. Elevar ese nivel de certeza colocaría una carga no equitativa sobre la profesión y un costo injustificado en las entidades sujetas a auditoría.
Diamond comentó que los estudios del avance logrado en otros países sobre la veracidad e integridad de la información financiera en estados financieros, hace traslucir la imperiosa necesidad que Panamá tiene que adecuar su marco regulatorio para dar cabida a normas más cónsonas con aquellas vigentes en mercados financieros avanzados.
Debemos iniciar esta tarea con prontitud y seriedad, si se quiere avanzar y competir como un verdadero centro financiero de clase mundial, recomendó Diamond. Para reducir las oportunidades de riesgos los países avanzados tienen legislación que obligan a las empresas a adoptar Reglas de Gobierno Corporativo, establecer un comité de auditoría y adoptar un código de ética corporativo.
Diamond aseveró que por estas razones se ha definido que la administración de la empresa tiene la responsabilidad de prevenir la ocurrencia de irregularidades que conlleven a desvirtuar la información financiera que se representa finalmente en forma de estados financieros. Esto conduce a instituir un ambiente de control diseñado para identificar y erradicar de manera efectiva cualquier acto fraudulento que pueda suceder y que traiga como consecuencia la presentación de información financiera inexacta, concluyó el socio de la firma KPMG.
Según el socio de la firma KPMG, Alberto Diamond, hay limitaciones en una auditoría que afectan la capacidad del auditor para detectar representaciones erróneas sustanciales, entre ellas el uso de pruebas, las limitaciones inherentes de cualquier sistema de contabilidad y de control interno, y el hecho de que la mayor parte de la evidencia de auditoría es más bien persuasiva que conclusiva.
Señaló que estas razones no dan paso para que el auditor no tenga una determinada responsabilidad, ya que debe cumplir por tanto con las normas de auditoría como con el código de ética profesional en todas sus actuaciones. De acuerdo con la Normas Internacionales de Auditoría, el auditor debe planear la auditoría con una actitud de esceptisismo profesional reconociendo que pueden existir circunstancia que causen que los estados financieros estén sustancialmente representados en forma errónea.
Pero Diamond sostuvo que es importante resaltar que las propias Normas Internacionales de Auditoría establecen con claridad que la responsabilidad de la administración no se releva por el hecho de que el auditor haya practicado una auditoría. Las normas establecen que "si bien el auditor es responsable de formar y expresar una opinión sobre los estados financieros, la responsabilidad de preparar y presentar los estados financieros es de la administración de la empresa o entidad".
Diamond sostuvo que las Normas Internacionales de Auditoría son más concluyentes cuando dicen que "la responsabilidad por la prevención y detención de fraude y error descansa en la administración por medio de la implementación y continuada operación de sistemas de contabilidad y de control interno adecuado".
Indicó que la Comisión de Valores de los Estados Unidos ha recomendado que los auditores lleven a cabo algunos procedimientos de tipo forense en cada auditoría, para mejorar las posibilidades de detectar situaciones de fraude significativo en los estados financieros. Esto se debe a que la auditoría típica de los estados financieros no es una auditoría de fraude o un examen de evidencia tipo forense. Diamond manifestó que normalmente el auditor no asume que la administración es deshonesta, pero tampoco asume una honestidad incuestionable.
Sostuvo que la Comisión de Valores de Estado Unidos concluyó que la responsabilidad básica del auditor de obtener certeza razonable, pero no absoluta, respecto a que los estados financieros no están sustancialmente desvirtuados, establece su responsabilidad en un nivel apropiado. Elevar ese nivel de certeza colocaría una carga no equitativa sobre la profesión y un costo injustificado en las entidades sujetas a auditoría.
Diamond comentó que los estudios del avance logrado en otros países sobre la veracidad e integridad de la información financiera en estados financieros, hace traslucir la imperiosa necesidad que Panamá tiene que adecuar su marco regulatorio para dar cabida a normas más cónsonas con aquellas vigentes en mercados financieros avanzados.
Debemos iniciar esta tarea con prontitud y seriedad, si se quiere avanzar y competir como un verdadero centro financiero de clase mundial, recomendó Diamond. Para reducir las oportunidades de riesgos los países avanzados tienen legislación que obligan a las empresas a adoptar Reglas de Gobierno Corporativo, establecer un comité de auditoría y adoptar un código de ética corporativo.
Diamond aseveró que por estas razones se ha definido que la administración de la empresa tiene la responsabilidad de prevenir la ocurrencia de irregularidades que conlleven a desvirtuar la información financiera que se representa finalmente en forma de estados financieros. Esto conduce a instituir un ambiente de control diseñado para identificar y erradicar de manera efectiva cualquier acto fraudulento que pueda suceder y que traiga como consecuencia la presentación de información financiera inexacta, concluyó el socio de la firma KPMG.
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