Los estragos de la cocaina
Publicado 2007/02/24 00:00:00
- Joaquín A. Arias Eskildsen
La droga se emplea indiscriminadamente entre los jóvenes de nuestros países, destruyendo la infraestructura del hogar...
LOS ANDINOS han combatido la fatiga durante siglos masificando las hojas del arbusto de la coca. Siendo esta una hoja sagrada y usada ritualmente en ceremonias religiosas, a las que sólo tenían acceso las clases dirigentes y con la cual se premiaban determinados servicios extraordinarios.
La llegada de los españoles alteró todo el sistema, más aún cuando experimentaron que la masificación de las hojas de coca reducía el apetito y aumentaba temporalmente la fuerza y la resistencia de los indígenas en el trabajo.
Dichas hojas trituradas con cal, que tienen la propiedad de aumentar la solubilidad de los alcaloides de la planta en la saliva, liberan la cocaína, siendo este un principio activo que anestesia la lengua para que el mascador no note el amargo sabor de la droga. Después, el jugo es absorbido, pasando a la sangre y de allí al cerebro, al que estimula y provoca en el individuo que la ingiere un bienestar general y ausencia total de cansancio físico.
Los conquistadores españoles, por supuesto, no desperdiciaron semejantes ventajas, en aras de una mayor y más barata productividad. Entonces el consumo de la hoja fue alentado y generalizado, privando así a la planta de su inicial carácter religioso que hasta entonces tenía.
"La coca es la auténtica evasión del indio peruano de la sierra". Cada tiempo interrumpe su trabajo cotidiano para masticar las hojas que lo transportarán a su paraíso privado, la insensibilidad del cansancio físico. Sin embargo, cabe recalcar que la masificación de las hojas y el consumo de la cocaína pura no producen el mismo problema de salud. Son dos situaciones de riesgo objetivamente diferentes, al margen de las repercusiones sociales, las cuales son totalmente distintas.
La cocaína pura, en su propia historia, aparece creando estragos poco antes de la I Guerra Mundial. En su sencilla preparación, sólo basta una infusión de sus hojas precipitada con carbonato de sodio y una posterior purificación para obtener la droga en forma de polvo blanco cristalino y un ligero sabor a éter etílico. Esta facilidad de síntesis, unida a su forma de común uso ingiriendo su dosis depositándola, primero, como una hilera sobre superficie y aspirándola después por la nariz, hizo que la cocaína se generalizara con gran éxito incomparable y desplazara al común resto de las drogas del mercado en su época.
En la década del 60, la terrible droga volvió a aparecer y esta vez, aparentemente, para quedarse, y viene con otras características convertida en la droga de los artistas y de los ejecutivos. Como su precio aparece costoso, se convierte en la droga de la ilusión.
Los consumidores de cocaína empiezan con solo algunos gramos por día; pero, su productividad y su demanda alcanzan porcentajes nunca antes imaginados, creando así la gran destrucción de nuestras sociedades, influyendo en la salud y la moral del mundo que nos rodea.
La cocaína es un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Existen varias formas conocidas de uso: masificar la hoja, fumar el bazuco, inhalar el polvo y fumar la piedra o crack. El consumidor de la sustancia experimenta una sensación de euforia y bienestar que sólo dura unos minutos, seguidos por una fuerte ansiedad y desasosiego, sensaciones que obligan al individuo a consumir más y más; a la vez, se siente una exaltación del ánimo con sensaciones de vigor y de una gran ausencia de las manifestaciones de hambre. Estos síntomas van unidos a una aparente brillantez intelectual parecida al ingenio, pero carente de un trastorno creativo.
La perforación del tabique nasal, a causa de la acción local vasoconstrictora del polvo de cocaína, es una lesión característica de la mayoría de los adictos a esta droga.
Se han descrito complicaciones físicas y mentales, como daños pulmonares y hepáticos, alteraciones es la contracción cardiaca, paro cardiaco, disminución o alteración de la función normal sexual y capacidades intelectuales, como la atención y la memoria. Frecuentes alteraciones mentales graves y depresiones severas que pueden llevar a intentos de suicidios.
Con el "crack" se observa mayores daños económicos, delictivos y de agresividad, debido a la pérdida de los valores en el individuo.
La destructiva droga se emplea indiscriminadamente entre los jóvenes de nuestros países y, por consecuencia, daña la infraestructura del hogar, puesto que el consumidor se convierte en un individuo con grandes cambios en su carácter, se torna desconfiado, malgeniado, mentiroso, desafiante, manipulador, irresponsable, exagerado y egocéntrico.
La droga lo conduce por las tres realidades del adicto: la cárcel, el manicomio y la muerte.
La llegada de los españoles alteró todo el sistema, más aún cuando experimentaron que la masificación de las hojas de coca reducía el apetito y aumentaba temporalmente la fuerza y la resistencia de los indígenas en el trabajo.
Dichas hojas trituradas con cal, que tienen la propiedad de aumentar la solubilidad de los alcaloides de la planta en la saliva, liberan la cocaína, siendo este un principio activo que anestesia la lengua para que el mascador no note el amargo sabor de la droga. Después, el jugo es absorbido, pasando a la sangre y de allí al cerebro, al que estimula y provoca en el individuo que la ingiere un bienestar general y ausencia total de cansancio físico.
Los conquistadores españoles, por supuesto, no desperdiciaron semejantes ventajas, en aras de una mayor y más barata productividad. Entonces el consumo de la hoja fue alentado y generalizado, privando así a la planta de su inicial carácter religioso que hasta entonces tenía.
"La coca es la auténtica evasión del indio peruano de la sierra". Cada tiempo interrumpe su trabajo cotidiano para masticar las hojas que lo transportarán a su paraíso privado, la insensibilidad del cansancio físico. Sin embargo, cabe recalcar que la masificación de las hojas y el consumo de la cocaína pura no producen el mismo problema de salud. Son dos situaciones de riesgo objetivamente diferentes, al margen de las repercusiones sociales, las cuales son totalmente distintas.
La cocaína pura, en su propia historia, aparece creando estragos poco antes de la I Guerra Mundial. En su sencilla preparación, sólo basta una infusión de sus hojas precipitada con carbonato de sodio y una posterior purificación para obtener la droga en forma de polvo blanco cristalino y un ligero sabor a éter etílico. Esta facilidad de síntesis, unida a su forma de común uso ingiriendo su dosis depositándola, primero, como una hilera sobre superficie y aspirándola después por la nariz, hizo que la cocaína se generalizara con gran éxito incomparable y desplazara al común resto de las drogas del mercado en su época.
En la década del 60, la terrible droga volvió a aparecer y esta vez, aparentemente, para quedarse, y viene con otras características convertida en la droga de los artistas y de los ejecutivos. Como su precio aparece costoso, se convierte en la droga de la ilusión.
Los consumidores de cocaína empiezan con solo algunos gramos por día; pero, su productividad y su demanda alcanzan porcentajes nunca antes imaginados, creando así la gran destrucción de nuestras sociedades, influyendo en la salud y la moral del mundo que nos rodea.
La cocaína es un poderoso estimulante del sistema nervioso central. Existen varias formas conocidas de uso: masificar la hoja, fumar el bazuco, inhalar el polvo y fumar la piedra o crack. El consumidor de la sustancia experimenta una sensación de euforia y bienestar que sólo dura unos minutos, seguidos por una fuerte ansiedad y desasosiego, sensaciones que obligan al individuo a consumir más y más; a la vez, se siente una exaltación del ánimo con sensaciones de vigor y de una gran ausencia de las manifestaciones de hambre. Estos síntomas van unidos a una aparente brillantez intelectual parecida al ingenio, pero carente de un trastorno creativo.
La perforación del tabique nasal, a causa de la acción local vasoconstrictora del polvo de cocaína, es una lesión característica de la mayoría de los adictos a esta droga.
Se han descrito complicaciones físicas y mentales, como daños pulmonares y hepáticos, alteraciones es la contracción cardiaca, paro cardiaco, disminución o alteración de la función normal sexual y capacidades intelectuales, como la atención y la memoria. Frecuentes alteraciones mentales graves y depresiones severas que pueden llevar a intentos de suicidios.
Con el "crack" se observa mayores daños económicos, delictivos y de agresividad, debido a la pérdida de los valores en el individuo.
La destructiva droga se emplea indiscriminadamente entre los jóvenes de nuestros países y, por consecuencia, daña la infraestructura del hogar, puesto que el consumidor se convierte en un individuo con grandes cambios en su carácter, se torna desconfiado, malgeniado, mentiroso, desafiante, manipulador, irresponsable, exagerado y egocéntrico.
La droga lo conduce por las tres realidades del adicto: la cárcel, el manicomio y la muerte.
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