Una dura batalla contra el tiempo
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- Aurelio Martínez
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- - Publicado: 26/4/2018 - 12:00 am
A falta de 49 días para que arranque el Mundial de Rusia 2018, el delantero Ismael Díaz trabaja fuerte en su rehabilitación en Colombia, porque sueña en integrar la lista de Panamá que usará el técnico Hernán Darío "El Bolillo" Gómez para afrontar el torneo.
Al igual que el delantero del club Fabril de la Segunda B de España, muchos panameños ruegan que esté a punto para que sea convocado y ayude a suplir una de las falencias mostradas por la selección durante las eliminatorias, que fue la falta de goles por parte de los atacantes.
Díaz, quien fue sometido a una artroscopia en la rodilla derecha, desde España viajó a Colombia para su rehabilitación bajo la dirección del doctor colombiano Cristian Quintero, en las instalaciones del club La Equidad.
En los últimos días hemos visto varios videos del artillero panameño corriendo, haciendo pesas y tocando balón, lo que da esperanzas de que pueda estar en el Mundial de Rusia.
Antes de someterse a la operación por el mal que lo aquejaba hace tiempo, Ismael había marcado seis goles, pese a que al principio entraba desde la banca, pero poco a poco se ganó su titularidad.
Lo importante aquí es la actitud que siempre ha mostrado Díaz para lograr su objetivo, y a mí en lo particular me gusta escucharlo hablar porque es muy centrado y sabe lo que quiere a diferencia de muchos futbolistas locales que tienen una visión que no llega más allá de sus narices.
Mientras Díaz tiene entre ceja y ceja estar en Rusia, "El Bolillo" es un poco más conservador e incluso ha manifestado que el delantero demoró mucho para operarse y que le va a costar mucho, aunque dijo que es un jugador extraordinario.
A mi juicio lo que pondría en tela de dudas su inclusión en la lista es la falta de ritmo de juego, porque el 11 de mayo culmina su terapia en Colombia y me imagino de llegará para ponerse a orden del técnico en la recta final para el mundial.
Le quedaría menos de un mes para buscar ese ritmo, pero nada podemos hacer los periodistas, sus familiares, ni aficionados. Todo está en manos del propio jugador y por supuesto, de Dios. La suerte está echada y amanecerá y veremos.
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