El desapego
Hoy deseo contarles mi lucha constante con el desapego de cosas, personas y pensamientos que no me dejan...
- Nilena Marín / Facebook: Motivamérica /Instagram: @motivamerica
- - Publicado: 11/10/2016 - 12:00 am
Hoy deseo contarles mi lucha constante con el desapego de cosas, personas y pensamientos que no me dejan avanzar, todo eso que me estanca, que me llena de estrés y preocupaciones.
No es fácil, se los juro, pero, últimamente, cada vez que crezco como persona entiendo mi camino, lo que soy hoy, y comprendo que no puedo estar mirando lo que hacen los demás, sino seguir mis propios instintos, hacer las cosas que me gustan y eso implica realizar sacrificios y desapegos de aquellas cosas o personas que son solo felicidad momentánea, y no esa felicidad que busco, que es, simplemente, la eterna.
El desapego para mí es un reto porque lastimosamente me encapricho, a pesar de que sé que las cosas, personas o pensamientos que necesito no son las materiales ni superficiales ni las personas que sacan lo peor de mí ni los pensamientos tóxicos que pasan por mi mente.
Soy consciente de que he caído en el apego cuando me aferré a cosas o a personas que no me daban libertad o que no son buenas para mí, hoy entiendo que aquellas no me convenían en su momento.
Reflexiono que para alcanzar nuestros sueños y metas tenemos que dejar a un lado todo aquello que obstaculiza nuestra vía para llegar a eso que tanto deseamos, así como también entendí que en la vida solo tenemos lo "justo y necesario", que no podemos tener "todo lo que queremos". Que debemos valorar todo lo que tenemos a nuestro alrededor y lo que realmente importa es todas esas cosas, personas y pensamientos que necesitamos.
Querer y necesitar, he allí el dilema. Confundimos esas dos palabras diariamente. Muchas veces hundidos en el "querer" es donde buscamos felicidad momentánea. Y cuando evaluamos la diferencia de lo que "quiero y lo que realmente necesito" es allí donde el desapego entra en nosotros. Para qué tener tanto si al final no hay amor, alegría ni momentos de luz. ¿De qué me sirve tener tanto, si no soy tan feliz? Nos preguntamos tanto y nos dejamos guiar por un mundo competitivo, nos dejamos influenciar por el ¿quién tiene más?, ¿quién se ve mejor que yo?, ¿quién gana más que yo?, o ¿por qué él o ella lo tiene y yo no?
Como he leído varias veces por allí: "la competencia no es con los demás, sino con uno mismo".
Lo que nos toca es abrir nuestro corazón y conocernos, saber qué hay en nuestro interior para así comprendernos, entender nuestras fortalezas y debilidades, con el fin de tener un plan de vida enfocado en nuestra "verdadera felicidad" y te puedo asegurar que está en las experiencias, familia, viajando, realizando alguna actividad que tanto amas o pasar un tiempo respirando aire puro.
El apego a lo material es simplemente un bulto en nuestro camino que nos ciega en su totalidad a las cosas que realmente tienen valor, como un buen día escuchando el mar, un abrazo sincero, un te quiero, un juego con tu hijo o sobrino, un viaje inolvidable o momentos que te llenen el corazón y el alma.
Practicar el desapego no es fácil pero tampoco imposible. Se los digo yo, que lucho cada día por desapegarme de cosas que realmente no sé si necesito. Cuando entendemos que la vida es solo una, nos damos cuenta de "qué importa y qué no". Así de sencillo. El desapego no es más que "abrir los ojos", madurar, crecer espiritual y mentalmente y decir "¡basta ya!". Basta de malgastar energías innecesarias en cosas superficiales, y concentrémonos en aquellas que sí valen la pena, las que llegan al corazón, las que me sacan una sonrisa, las que me hacen aprender y crecer como ser humano.
Llena tu vida de las cosas que "sí necesitas". Únete al desapego, a este movimiento real que te enseñará la felicidad que será para toda la vida.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.