Los planes de mejoras a la ciudad pueden tardar 10 años
Haitianos vuelven a vivir en carpas por la reconstrucción del país
El plan de reconstrucción de la capital de Haití después del terremoto el 12 de enero de 2010 ha desatado una tormenta de críticas, porque de la noche a la mañana un montón de inquilinos pobres tuvieron que abandonar unos edificios para dar paso a su demolición.
El plan de reconstrucción de la capital de Haití después del terremoto el 12 de enero de 2010 ha desatado una tormenta de críticas, porque de la noche a la mañana un montón de inquilinos pobres tuvieron que abandonar unos edificios para dar paso a su demolición.
- Haití (AP)
- - Publicado: 23/7/2014 - 12:00 am
Avanza la construcción de la ‘ciudad administrativa’
- Por ahora cuesta visualizar el orden que se supone habrá en el centro de Puerto Príncipe, en Haití, donde abundan las calles con agujeros en el pavimento y hierros retorcidos que son una tentación para los cartoneros. La idea es que todos los ministerios se concentren en elegantes boulevards y revivir un distrito comercial que ya estaba moribundo antes del terremoto. Hay numerosos indicios de que la reconstrucción está en marcha, incluidos los armazones de varios edificios ministeriales nuevos. La mayor parte de las obras ha sido financiada con donaciones del programa venezolano Petrocaribe. Las autoridades se abstuvieron de dar un estimado, pero se espera que la primera fase del proyecto cueste unos 150 millones de dólares.
El plan de reconstrucción de la capital de Haití después del terremoto el 12 de enero de 2010 ha desatado una tormenta de críticas, porque de la noche a la mañana un montón de inquilinos pobres tuvieron que abandonar unos edificios para dar paso a su demolición.
Si bien no hay cifras disponibles de la cantidad de gente que se quedó sin techo por las demoliciones, en el centro de la ciudad se han instalado numerosas personas en carpas. Y han aparecido montañas de escombros tan grandes que pareciera que hubo otro terremoto.
Algunos sobrevivientes del temblor, que hace poco dejaron de vivir en campamentos para instalarse en departamentos, están ocupando nuevamente carpas o alojándose con amigos.
Uno de ellos es Jean Louis Wilner, un hombre de 32 años que tiene un hijo de dos años. Luego de residir dos años en un campamento de carpas, pensó que finalmente había salido de esa pesadilla.
Ocupó un departamento con un alquiler subsidiado por un año y se ganó la vida vendiendo refrescos. Ahora se pregunta si sobrevivirá a la temporada de huracanes. Igual que tantos otros, dice que perdió todas sus pertenencias en el terremoto o a manos de ladrones.
“En este país no se respeta a los seres humanos. Estoy peor que después del terremoto. Es humillante”, expresó.
Políticos de oposición planean movilizar a las familias desplazadas para que protesten contra el gobierno de Miche Martelly.
“¿Les dan unos minutos de preaviso y traen las aplanadoras? Eso es un crimen. Estas familias no tienen adónde ir y quedan nuevamente en la calle”, sostuvo el senador Moise Jean-Charles, acérrimo opositor de Martelly.
El Gobierno admite que las comunicaciones en torno a las demoliciones pudieron haber sido mejores y aduce que algunos dueños de edificios que fueron notificados con antelación no informaron a sus inquilinos que los departamentos serían demolidos.
El notario Jean-Henry Ceant, quien ayuda a las personas que se quedaron sin techo, dice que los dueños de los edificios que tienen los títulos de propiedad en orden son compensados con celeridad.
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