Caso Lavítola: El diario ‘La Prensa’, sus contradicciones, y su relación con el fiscal
Contradicciones en la cobertura, y hasta la violación del manual de estilo del diario son algunos vicios de la cobertura periodística.
Lejos de la objetividad y la prédica al respeto de todas las voces, 'La Prensa' evidenció ayer sus propias contradicciones, personificadas en su corresponsal en Italia que sigue las causas judiciales que enfrenta Valter Lavitola. Isabel Cerdán fue a la única periodista que el fiscal del caso Lavitola saludó en forma tan afectiva. Esa relación permitió que Cerdán pudiera sacar su grabador de su bolso y utilizarlo durante toda la sesión.
- Redacción/@panamaamerica
- - Actualizado: 24/10/2014 - 12:54 pm
Lejos de la objetividad y la prédica al respeto de todas las voces, La Prensa evidenció ayer sus propias contradicciones, personificadas en su corresponsal en Italia, que sigue las causas judiciales que enfrenta Valter Lavitola.
Una burda exposición de cercanía con el fiscal, romper protocolos del Tribunal de Nápoles, contradicciones en la cobertura, y hasta la propia violación del manual de estilo del diario son algunos de los vicios “políticos” que alejaron a La Prensa de una cobertura periodística objetiva de lo desarrollado en Italia.
Ayer, apenas ingresó a la sala del Tribunal de Nápoles, el fiscal Vincenzo Piscitelli, lo primero que hizo fue acercarse a la corresponsal de La Prensa en Italia, Isabel Cerdán, y con actitud de mucha cercanía, le estampó dos besos en la mejilla. Luego, y sonrientes fiscal y periodista, se quedaron charlando durante unos minutos antes de que iniciara la sesión.
Fue a la única periodista que el fiscal del caso Lavitola saludó en forma tan afectiva. Esa relación permitió que Cerdán pudiera sacar su grabador de su bolso y utilizarlo durante toda la sesión. Además, la periodista tomó fotografías dentro del recinto.
Ambas cosas están prohibidas en el Tribunal de Nápoles. Sin embargo, y a pesar de estar a menos de un metro de distancia, el fiscal no le llamó la atención a la periodista.
En diversos reportajes enviados desde Italia, la periodista solo escribió la versión “oficial” del proceso, sin contrastar sus escritos con otras fuentes vinculadas a los casos judiciales, lo que hizo –y hace- que sus piezas se parcialicen y pierdan precisión y objetividad.
Por ejemplo, el miércoles pasado –antes de la audiencia de ayer- Cerdán escribió en La Prensa: “En la práctica, un acuerdo entre las partes supondría que Lavitola asumiera culpabilidad como corruptor del Ejecutivo de Martinelli. Igualmente, tendría que asumir la responsabilidad de haber sido vehículo de las extorsiones a Impregilo”.
Sin embargo, en la audiencia pública celebrada ayer nada de eso ocurrió. Al contrario, Lavitola no se declaró culpable para obtener un acuerdo con el fiscal.
En otro párrafo de su reportaje del miércoles pasado, la corresponsal escribe: “Fuentes de la Fiscalía explicaron a La Prensa que solo sellarían un acuerdo si el imputado reconoce la autoría de los delitos que se le imputan, algo inaudito”.
Tampoco esto que informó Cerdán –con una sola fuente, y anónima- ocurrió en la audiencia de ayer.
Según el propio Manual de Estilo de La Prensa, prohíbe a los periodistas escribir artículos solo con una fuente anónima. Pero en este caso, periodistas, editores y jefes prefieren violar su propio manual de estilo, que sugiere la forma correcta y ética de escribir sus reportajes.
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