Carencias
Educación junto al Desarrollo Humano
Los resultados de los cambios educativos se ven a largo plazo, debemos esperar no menos de 20 años, porque solamente le servirán plena y verdaderamente a quienes inician su vida estudiantil con otros parámetros diferentes...
- Jesús A. López Aguilar/[email protected]
- - Publicado: 24/11/2017 - 12:00 am
La educación es el elemento máximo de la socialización, por tanto, es algo esencial. Gracias a ello las personas pueden incrementar sus opciones de vida y lograr tener acceso a mejores
oportunidades en su desempeño laboral, así como poder participar, de mejor manera, en todos los procesos de gobernanza democrática y, en cuanto a hechos particulares de la vida individual, también nos permite la gracia de disfrutar de la lectura de un buen libro, aprender matemáticas, idiomas, ciencias, para evitar la explotación a través de la educación liberadora.
Por tal motivo la formación para el desarrollo humano debería implicar el perfeccionamiento de la persona, algo que nuestro sistema educativo, desde tiempos inmemoriales, no ha procurado; de igual manera, esos procesos de edificación de seres humanos reales implican la comprensión empática de las consecuencias del mal desarrollo en el mundo (encarnado en la pobreza, inequidad, desigualdad, guerras, degradación medioambiental, explotación, discriminación de todos los tipos, etc.). A través de esta comprensión, desde una perspectiva ética y solidaria, se crean herramientas para la ayuda al desarrollo de los demás.
El acceso a una educación de verdadera calidad y fuerza, constituye el primer peldaño en la pertenencia simbólica y efectiva a la sociedad en la que se convive, lo cual no se produce en
Panamá; situaciones como un desmedido desconocimiento de la historia nacional, nos llevan a estar todavía planteando la discusión de lo que significa la identidad nacional. Por ello, la
educación tiene que permitir a las personas entrar en contacto con su historia y valorar a su país en su justo valor. Me pregunto, ¿cuándo llegará el día en que celebremos por tener un Premio Nobel y no quedarnos en aclamar las “glorias deportivas” cuyos “héroes”, a menudo, dejan mucho qué desear como personas.
Educar con miras al desarrollo responde a una lógica intencional, tanto técnica como de decisión política real, de transformar las condiciones espirituales de la vida del ser, no solo las condiciones materiales, que casi siempre son inequitativas. Implica favorecer al individuo en su condición de ser social. Ni las autoridades ni los educadores tienen claridad acerca de lo que corresponde hacer; sin lanzar acusaciones, todavía seguimos debatiendo todos los años por la falta de reparación de escuelas, carencia de materiales, nombramientos, coimas en el sector educativo, etc., habría que preguntarse por qué son las escuelas las edificaciones que menos duran en el país.
Carecemos de modelos educativos reales; el intento que hubo con la famosa Reforma Educativa, en 1979, fue defenestrado más por motivos políticos que por razones de peso técnico, y ya hasta arrepentimientos hay.
Tenemos y seguiremos teniendo, por muchos años más, una educación muy deficiente que no potencia a las personas, que las deja en medio de una impotencia social, que nos programa para actuar sin criterio claro y autónomo, formados para ser servidores, educados para no cuestionar la realidad circundante, sin crecimiento individual ni colectivo. Los resultados de los cambios educativos se ven a largo plazo, debemos esperar no menos de 20 años, porque solamente le servirán plena y verdaderamente a quienes inician su vida estudiantil con otros parámetros diferentes, mientras el resto va recibiendo lo que puede; sino fíjense cuando se está en la universidad y se cambian los planes de estudio, vemos grupos del Plan Nuevo y del Plan Viejo, lo que nos quieran decir de reforma curricular y todo ello es una salida política, porque dar una información nueva por otra no es lo único que se necesita; la educación es el proceso mediante el cual la persona establece una comunión consigo mismo y los demás. La educación, en términos simples, conlleva el proceso de humanización de las personas, para que aprendan a pensar en el resto y no solo en ellos.
Se nos ha acostumbrado a percibir la realidad a través de agentes mediatizadores: los educadores, quienes seleccionan fragmentos de la realidad que cobran significado dentro de una determinada escala de normas, actitudes y sentidos personales (de los educadores) que luego convierten en normas generales, sin meditar y teniendo que aceptar sin discusión; si tenemos educadores mal formados (eso no se resuelve con un curso de verano o solamente acumulando puntos con seminarios, cursos, ni posgrados o maestrías), como sucede en muchos casos, lo que se transmite después en la escuela, responde a lo que los educadores ofrecen en su papel de intermediarios entre el mundo objetivo y la subjetividad de ellos y la de los alumnos, lo cual no hace más que reflejar los propios sesgos y temores de los educadores, pero también, y en muchísimo mayor grado, de las autoridades educativas.
Por tal razón, la educación es el eje más importante en el desarrollo de cualquier sociedad moderna. Los tiempos han cambiado de forma vertiginosa en los últimos 20 o 25 años y nos han rebasado los avances, de una manera que nos ha parecido casi imperceptible, y no nos hemos preparado para recibir dichos cambios con miras a tener una sociedad más humana, lo cual solo se logra por medio de la educación: ese es el único y exclusivo camino.
Psicólogo social
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