El varelismo, un proyecto político-económico agotado
- Alexis J. Sinclair P.
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- - Publicado: 20/1/2017 - 12:00 am
"Si has de triunfar para en poco tiempo necesitar muletas para andar, mejor conserva tus pies y tu cabeza no rodará como bola de nieve en tiempos de tempestades políticas".
De mirada siempre acompasada con los vientos y las nubes, el presidente Varela nunca visualizó la suerte que correría su gobierno, del mismo modo en que ahora intenta ignorar los signos claros de nubarrones y calamidades a futuro. Como cientista social, me interesa comprender las razones que dirigen a quien puede lograr grandes transformaciones en beneficio de su pueblo directamente al lado opuesto.
Nada resulta fácil en los intrincados vagones de la vida política, lo cierto es que aquellos que rodean a nuestro mandatario escupen bolas de fuego que terminan quemando los puentes colgantes que eran la única vía de comunicación que quedaba disponible.
Manejar el Órgano Judicial y el Ministerio Público como un hato ganadero es una de las acciones que lesionan el tejido social hasta convertirlo en un guiñapo de incertidumbres y desconsuelo. La taquilla es la copia del club la llave, lo malo es que ahora existen las redes sociales y todo se descubre y se sabe en segundos.
El agro ha sido dejado a su suerte, nuestro futuro cuelga de las manos agiotistas de algunos intermediarios a quienes solo les interesa la palabra provecho o ganancia, el pueblo al carajo, ni primero ni último, simplemente olvidado.
La economía presta a garantizar los réditos que Motta y su clan deseen. Que mezquindad tan sonora. Los alaridos de desesperación se enmudecen frente al apetito voraz del Patrón, nada es relevante si no tiene la firma de esta familia de adinerados que han olvidado las grandes lecciones que otros avariciosos han enfrentado.
La educación, que sería la esperanza de los de abajo, está aún en el limbo y no intentarán despertarla. Les conviene que seamos ignorantes y dóciles.
La salud, una quimera construida a través de negociados, muertes e indolencia. No hay medicamentos ni insumos, es un sálvese quien pueda. La lotería de la vida o la muerte.
Viviendas para familias de escasos recursos se construyen lejos de los centros urbanos como para irnos mostrando dónde nos toca vivir. Sí, en las villas miserias de Etchelecu y su gavilla de sabios simios. El pueblo no merece casas, sino galpones donde colgarse.
La calle con su geografía lunar enseña que a Varela no le importó nuestro bienestar, sino su proyecto de acumulación irracional de dividendos.
En fin, lo que un día dijo representar una esperanza nos toca la puerta con el rostro de la decepción y el fracaso. El varelismo ha muerto.
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