Sociedad
Familia y matrimonio
- Publicado: 01/7/2015 - 12:00 am
Gabriel Ortega /Técnico en Riesgos en Espacios Confinados ACP.
La familia, citando la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el punto central natural y fundamental de la sociedad y como tal debe de ser protegida.
Como la familia es el elemento natural de la sociedad supone una profunda unidad interna de dos personas, no podemos hablar de familia sin tomar en cuenta el matrimonio. El origen etimológico del término es la expresión matrimonium, del término “matriz”, es decir, el derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad.
La concepción romana tiene su fundamento en la idea de que la posibilidad que la naturaleza da a la mujer de ser madre quedaba subordinada a la exigencia de un marido al que quedaría sujeta al salir de la tutela de su padre y de que sus hijos tendrían un padre legítimo al que estarían sometidos hasta su plena capacidad legal: es la figura del paterfamilias. Toda familia auténtica tiene un “ámbito espiritual” que condiciona las relaciones, la familia es el lugar insustituible para formar al hombre-mujer completo, para configurar y desarrollar la individualidad y originalidad del ser humano.
En otras palabras, matrimonio viene del latín matrix-monium, que viene a significar algo así como “lo de la madre”. Si se quiere: “calidad de madre”, “función de madre”, “relativo a la madre”, o “cosas de la madre”. El matrimonio venía a reafirmar el vínculo familiar/reproductivo y centrado en la mujer (la madre, que es la que pare y lleva lo relacionado con la reproducción), frente al patrimonio, que era lo económico/material y lo social, centrado en el hombre (el padre). En la mentalidad romana, la función social de la mujer era únicamente la de tener hijos y fundar un núcleo familiar, mientras que la del hombre era todo lo abierto al resto de la sociedad (política, economía, militar...). Significa que si no puedo procrear, no es un matrix-moium.
El matrimonio, que incluía a ambos miembros de diferente sexo, ya que era la “unión de padres para cuidar de su descendencia y dejarles en herencia su patrimonio”, no pasó a denominarse «patrimonio».
Por lo tanto, la unión de dos hombres nunca puede ser matrimonio por rotunda imposibilidad física y biológica, ya que ninguno de los dos contrayentes posee matriz. La posesión de la matriz es pues el condicionante fundamental que se da para que pueda constituirse un verdadero matrimonio, desde el punto de vista físico, biológico e etimológico. Lógicamente, sí hay una unión de hecho entre personas del mismo sexo, pero no un matrimonio.
La importancia de la familia radica en su papel de procreación de los futuros ciudadanos, la crianza educación e integración de las próximas generaciones. Estas funciones sociales no las puede cumplir ninguna otra institución que no sea la familia.
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