Hable con Dios
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 06/1/2018 - 12:00 am
Mire, hoy le digo que si cree en el Señor, sea consecuente con su fe y comuníquese con Él. Hágalo con respeto, con amor, con dedicación y esmero. A Dios no se le puede tratar como un mendigo, a quien le damos un ratito, sin calidad, de nuestro tiempo, diciendo algunas incoherencias con prisa, pensando que con eso ya hemos cumplido. Hoy queremos enseñarle a cultivar el hábito de la oración. No se trata de convertirlo en un escrupuloso que vive de fórmulas rezadas, sino en una persona equilibrada, que vive en armonía con todas las facetas de su ser. La oración es el gran medio del encuentro con Dios y también un medio de recuperación emocional y mental que tiene usted en sus manos. Queremos que viva más intensamente la oración, como nos lo enseña Jesús en el Evangelio. Para eso, siga las siguientes normas: 1.- Acostúmbrese a aislarse durante diez o quince minutos diariamente, para tener un encuentro personal con el Señor. Con el tiempo añadirá más minutos hasta donde crea le sea posible. 2.- Relaje su cuerpo, su mente y su espíritu. En ese momento está usted a solas con Dios. Puede hacerlo en un templo, en su propia casa, cerrada la puerta de su habitación y haciendo ver a su familia que necesita estar a solas todos los días un rato. 3.- Vacíe su mente de todo lo que le preocupa, no piense en sus problemas. Imagínese que usted está en un lugar apacible y repítase en ese momento las palabras: "paz, paz, paz; me siento en paz; cada vez me siento más en paz". Puede repetir cualquier frase bíblica que le parezca o una de nuestras tradicionales jaculatorias o oraciones muy breves. 4.- Comience un diálogo de amor con el Señor. Hágalo con sencillez, con naturalidad, expresando sus deseos, temores, alegrías, su alabanza a Él. No busque palabras solemnes, háblele con el lenguaje que usted usa diariamente. Dígale: "¡Oh Señor!, te entrego mi corazón; gracias por la vida, por tu amor, por tu perdón". No haga oraciones muy extensas, sino en general, breves, pero llenas de contenido. 5.- Si usted quiere que Dios ayude a otras personas, ore con el convencimiento de que sus plegarias llegan en forma de bendición a ellas. No permita la entrada de pensamientos y sentimientos negativos como el miedo, odio, rencor, frustración. Esto corta su comunicación con Dios. 6.- Pero lo más importante, es que usted se concentre en el Misterio Divino que vive en su persona y desde la contemplación de la Presencia de Dios, usted pueda experimentar el amor, la acogida, el perdón y la fortaleza que el Señor le da. La oración es el puente maravilloso que hay entre Dios y usted. Es indispensable que crea que sus plegarias tienen respuesta. Dice Jesús: "Todo cuanto orando pidieran, crean que lo recibirán y así se les dará". En la medida que ore, experimentará el amor de Dios. Hágalo todos los días. Todos necesitamos esos ratos hermosos donde estamos conscientemente más cerca del Señor. Y no se olvide que con Dios, ¡Usted es invencible!
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