Una necesidad
La Educación Social
La semana pasada escribí algo sobre la Educación Social como una materia que debiera ser enseñada en las escuelas por la importancia de la misma. La vida
- Marisín Villalaz de Arias (Médico)
- - Publicado: 09/7/2014 - 12:00 am
La semana pasada escribí algo sobre la Educación Social como una materia que debiera ser enseñada en las escuelas por la importancia de la misma. La vida cotidiana nos orienta a cómo vivir en sociedad y formar parte de la misma.
Los valores de respeto mutuo, consideración, amor y otros más son indispensables para la convivencia humana porque sin ellos estamos destinados a perdernos en aquello que se llama laberinto social dentro del cual no podremos vivir. Tenemos que aprender a tratarnos con respeto, desde el punto de vista de las consideraciones que debemos tenernos unos con otros. No es posible que si vamos a una oficina pública o privada, salvo raras excepciones, seamos tratados con displicencia, con indiferencia hacia lo que buscamos o necesitamos, ya que el deber de esos empleados es servir y no pensar siempre que deben ser servidos. A ellos les pagan para eso y por eso se llaman servidores.
No es posible que nuestra sociedad viva enmarcada en gritos al hablar cuando la educación dice que debemos hacerlo sin molestar a quienes nos escuchan. No es quien más grita aquel que más se hace escuchar. Aquí entra una falta de cultura que ha hecho del panameño una persona malcriada, inculta en ese sentido y falto de toda consideración para quienes tenemos que escucharlos. Hablando suavemente, pidiendo las cosas por favor, ya que nadie tiene obligación de dárnoslas y dando las gracias cuando se nos hace el favor haremos que los panameños nos culturicemos. Pero esas cosas las debemos aprender en el hogar y ser sustentadas en las escuelas. La música en las actividades sociales es tan alta que no es posible conversar, y una linda fiesta se transforma en un suplicio, ya que no se puede conversar y por lo tanto, socializar. ¿Por qué todos los micrófonos tienen que estar a todo volumen sin consideración con los demás?
LOS VALORES VAN CASADOS CON EL BUEN COMPORTAMIENTO, CON EL BIEN HABLAR, CON EL BIEN ACTUAR. HEMOS OLVIDADO EL NO O SÍ SEÑORA O SEÑOR, LOS BUENOS DÍAS O TARDES, EL AYUDAR A LOS ADULTOS MAYORES A CRUZAR UNA CALLE, A BAJAR UNA ESCALERA; CADA UNO VIVE SU VIDA SIN IMPORTARLE CON LOS DEMÁS.
Los modales sociales que antes se enseñaban con una materia que se llamaba Urbanidad, se han trastocado una vez que un genio decidió eliminarla del currículum. Si comemos en público, lo menos que debemos hacer es aprender los modales para hacerlo correctamente. No hay derecho para que quienes los vemos tengamos que sufrir por ellos. Fíjense que, algunas veces, cuando hablamos por teléfono ni siquiera nos identificamos y hablamos como si la otra persona tuviera la obligación de reconocer nuestra voz y, muchas veces no somos capaces de preguntar ni cómo estás, sino que vamos directamente a lo que queremos decir y punto. Qué les parece que estos son los detalles que lo hacen a uno culto y dueños de los mejores modales del mundo. Eso se aprende en los hogares; pero si esos padres no los conocen, las escuelas debieran ser cuna para que se enseñe esa materia como una de las obligatorias en el currículum escolar.
Por eso hablaba de los valores al principio porque considero que estos van casados con el buen comportamiento, con el bien hablar, con el bien actuar. Hemos olvidado el no o sí señora o señor, los buenos días o tardes, el ayudar a los adultos mayores a cruzar una calle, a bajar una escalera; cada uno vive su vida sin importarle con los demás. En el tránsito, cada conductor maneja sin consideración con los demás y es por eso que hay tantos accidentes. Los que manejan camiones, como son aparatos grandes, van a velocidad alta sin importarles con los demás, en contra de las reglas de tránsito; todos se pasan las luces rojas en los semáforos sin pensar en la posibilidad de causar accidentes.
No, queridos panameños; necesitamos esa materia urgentemente para hacer de este país una sociedad culta, con valores, donde podamos transitar con seguridad, con tranquilidad, dentro del respeto y la consideración de los demás. Y ya que muchas veces las ignoramos, encontremos quienes puedan enseñarlos o recordarlos para que los panameños podamos vivir en paz emocional y mental pensando que seremos tratados correctamente en un momento de necesidad, en una ciudad donde los adultos sean considerados y los valores perduren como todavía sucede en el interior de la república, en donde da gusto estar y vivir; en donde todavía se ayudan los unos a los otros y se consideran como hermanos. Ojalá pusieran esa materia en las escuelas.
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