Formación
La juventud, el futuro del mundo
“Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/Cuando quiero llorar, no lloro/ y a veces lloro sin querer”. Es el primer verso de una hermosa poesía,
- Marisín Villalaz de Arias (Médico)
- - Publicado: 23/7/2014 - 12:00 am
“Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/Cuando quiero llorar, no lloro/ y a veces lloro sin querer”. Es el primer verso de una hermosa poesía, porque es muy cierto y, cuando somos jóvenes no aprovechamos correctamente nuestra etapa y se nos va para no regresar más, solo en nuestros recuerdos. La juventud la hizo Dios antes de la madurez para que se viviera casi despreocupadamente, pero con juicio necesario para saber cuál es su verdadero papel. La juventud es el futuro del mundo y no solo de nuestro país, ya que la madurez, luego de vivir juiciosamente aquella, es la que nos traerá la experiencia para llevar un país, gobernar y actuar con constancia y, especialmente, con la tenencia de ciertos aprendizajes que pueden llevarnos a la sensatez.
Nuestros gobiernos están obligados, antes que todo, a velar por la niñez y la juventud. Existe el Día del Niño, con todos los acontecimientos y celebraciones, que acaba de pasar en nuestro país. Sin embargo, no existe un día del joven. Es durante la niñez que se forma al niño para cuando sea joven y de aquélla depende qué clase de joven sea. Cuando al niño se le da cariño, se lo atiende emocionalmente y se lo cuida físicamente, estamos formando un futuro joven sano, trabajador, emprendedor y que es capaz de sentar las bases para una madurez sensata. Nuestros Gobiernos deben interesarse más en dar deporte a los jóvenes, en proporcionarles entretenimientos sanos para evitar que la ociosidad los lleve a buscar qué hacer en las pandillas; para evitar que busquen en las drogas lo que no les estamos proporcionando. Es importante que mejoremos su educación porque las escuelas son la continuación de la formación familiar de la niñez, como dije anteriormente.
GOBIERNO Y FAMILIAS DEBEN TRABAJAR JUNTOS PARA BRINDAR UNA VERDADERA ATENCIÓN A ESOS JÓVENES. PERO SI NO CUENTA CON UNA BASE SÓLIDA, NO IMPORTA CUÁNTAS OPORTUNIDADES TENGAN, PORQUE NO ESTARÁN PREPARADOS PARA DESENVOLVERSE EN ELLAS.
Cuando insisto en que los gobiernos deben invertir más en esa juventud, es porque ya vemos cuántas pandillas existen en Panamá; cuántas asociaciones existen que tratan de rescatar a esos jóvenes de esa situación, para solo lograrlo en un número minúsculo de jóvenes, porque mientras no vayamos a la base de todo, a la infancia, no lograremos una juventud sana. Nuestros muchachos son los que están en pandillas, los que comienzan desde temprano a consumir drogas, los que no quieren trabajar y, cuando lo desean para ayudar a su familia o porque los padres quieren enseñarles esa costumbre desde pronto, nuestras leyes no se lo permiten y tenemos una juventud desocupada, sin poder trabajar y buscando los vicios. Esa ley debiera ser modificada para que se permita el trabajo desde los 14 años. Claro que ese trabajo parcial no interfiera con la escuela y enseñarles que esta es lo más importante, haciéndola atractiva.
Pero si nuestra educación es deficiente, sobre todo en las escuelas públicas, esos muchachos sienten que jamás podrán surgir como lo hacen los otros y que jamás saldrán de la pobreza. Nuestra Universidad Nacional tampoco les da una formación competitiva y, cuando terminan su carrera universitaria, tampoco son competitivos y les cuesta surgir por no contar con una base educacional correcta. Hoy en día, los padres trabajan mucho y, en ocasiones, no tienen tiempo suficiente para dedicar a sus hijos; los pobres porque existe una serie de factores que influyen en lo mismo, y los ricos porque la vida social, que va primero, no se los permite tampoco.
Entonces, Gobierno y familias deben trabajar juntos para brindar una verdadera atención a esos jóvenes que, más adelante son los que deben tomar las riendas del país. Pero si esa preparación, incluyendo todos los aspectos, no cuenta con una base sólida, no importa cuántas oportunidades tengan porque no estarán preparados para desenvolverse en ellas. Desde luego que dar oportunidad a los jóvenes no significa que debemos descuidar a los mayores, ya que de estos me ocuparé en otro escrito, sino que los Gobiernos con la empresa privada deben crear suficientes empleos para que nadie tenga hambre. Cuántos padres y madres educan a sus hijos universitariamente, con un sustento bajo, pero con formación en valores, pues así debieran ser todos los padres panameños y del mundo para terminar con los vicios en la juventud y encaminarlos por una ruta de vida sana y desprovista de vicios.
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