Las cifras del turismo
- Jaime Figueroa Navarro
- /
- [email protected]
- /
- - Publicado: 17/3/2018 - 12:00 am
El turismo, tal cual lo define la Organización Mundial del Turismo (OMT), trata de "las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual por un periodo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, negocios u otros". Si no se realiza pernoctación, no se trata de turistas, sino de excursionistas, tal cual sería el caso concreto de aquellos que, gozando de un lapso entre vuelos en el aeropuerto de Tocumen, optan por salir del aeródromo, aunados al creciente número de cruceristas que puntualmente engrosan los acervos de las compañías de cruceros al optar por excursiones locales, aflojando muy abreviados recursos a la economía local y, finalmente, el particular caso de hermanos venezolanos y colombianos, gravitados hacia Panamá, los primeros por la caótica realidad del desfasado experimento socialista en un Arauca, ya no tan vibrador, los segundos por llamativas oportunidades que fallamos en admitir y un dólar que arremete fornidamente contra la moneda de la tierra de Nariño.
El barómetro de turismo mundial de la OMT refleja un robusto crecimiento en la llegada de turistas internacionales, visitantes que pernoctan, durante 2017, del 7% en relación con el 2016, mientras en Panamá los titulares, a todas luces noticias falsas, cito entre otros, el caso del rotativo El Capital Financiero: "Turismo generó $4,000 millones en Panamá durante 2017".
Amén que, a pesar de la alteración de las cifras, delito de lesa humanidad, los números de gastos por turista descuadran con sus homólogos de la OMT, reflejando un infundado aumento de 3.8% en gastos por los 2.5 millones de turistas, cifra igualmente encrespada en relación con 2016, por un total de "$4,451.4 millones de dólares", es decir, casi $2,000 por turista. Simplemente, observando la preocupante erosión de turistas proveniente de Estados Unidos y Canadá, saludable renglón que representaba una indiscutible mayoría en la actividad, reemplazados "estratégicamente" por turistas centro y sudamericanos, estos últimos usualmente no gozan de los bolsillos profundos de sus parejos norteños.
El bajón que sufre la industria no puede ser pincelado alegremente por números que no encajan. A más no poder, los gremios afectados por el oasis plasmado por la Autoridad de Turismo tienen la tarea de consumar auditorías comparativas que reflejen la realidad del panorama con la ineludible responsabilidad de compartir las mismas públicamente para que aflore la verdad.
Somos creyentes en Panamá y su potencial turístico. No necesitamos de Disney, lo tenemos todo aquí. La dirección del turismo debe ser administrada por poliglotas, especialistas en el ramo, probados Marco Polos, personajes creativos con el amor al terruño y asco a la corrupción como denominador común en vez de personajes oscuros que siquiera hablan el inglés, mucho menos perciben la idiosincrasia del turista ni optan por encuestas de opinión como termómetro de lo bueno y lo que debemos mejorar.
Mucho más efecto tendría en la efervescencia del turismo la plena reconstrucción de Panamá La Vieja bajo un plan maestro preñado de incentivos al inversionista, adornada por un galeón restaurante, sirviendo como complemento al Casco Antiguo, de magneto al turismo, que la totalidad de los centros comerciales. El aditamento del Camino Real como sendero colonial turístico, desde el Puente del Rey hasta Portobelo, la Ruta del Oro la mayor cantidad del preciado metal en la historia de la humanidad, atraería un mayor número de peregrinos que la totalidad del turismo actual, sea ella 1 millón, 2 millones o lo que se desee plasmar, así engrosando las pálidas cifras de ocupación hotelera. ¿Dónde adormita nuestra creatividad? Los números, a la luz del día, no dan.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.