Mirar para atrás, el presente o hacia el futuro
- Alexis J. Sinclair Padilla
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- - Publicado: 16/4/2018 - 12:00 am
Ahí estaba en esa noche de especulaciones y sobresaltos, intentando armar el escenario completo de mi vida. Supe que algunas cosas estuvieron mal, otras mejor y la mayoría pudieron ser perfeccionadas, sin embargo, así las enseñara hoy, no sería lo mismo porque el tiempo no perdona y más bien reclama que al utilizarlo lo hagas en provecho colectivo. Desde ese instante no volví a lamentar lo que hice ni a preocuparme por lo que estaba haciendo y retuve el interés por lo que haría, de tal modo que cada paso obedecía a una razón y nunca a la emoción o el deseo de un rato. Impresionismo mágico y tentador. Amo la política desde la edad de 14 años, por eso fui comunista, activista social y defensor de los derechos humanos a quien el poder económico ha querido siempre arrinconar con la calumnia, con la expulsión, con la cárcel, con la tortura y hasta con la muerte. Conozco todas las sombras y siluetas del mal, les temo y me inquieta cada vez con mayor pronunciación el ver la patria postrada ante la fuerza demencial y los apetitos voraces de los núcleos de poder económico y político. Hoy, más reposado, golpeado y experimentado he vuelto a lo esencial, el arte de acoger al prójimo como Dios nos enseñó que debíamos amarnos. Por ello pienso que no fue correcto pretender hacer la revolución, aprender las tácticas y las estrategias de lucha de la izquierda de mis tiempos, conocer armamentos, prepararse en inteligencia y contrainteligencia, desaparecer e ir al exilio, pues todo ello, terminaba llevando a alguien a la victoria, al hospital o a la muerte, no significando necesariamente el éxito del pueblo. Si para acceder al poder hay que matar, prefiero nunca hacerlo; si para ocupar una posición cimera en el teatro social se debe avasallar a otro semejante, he de cederle el paso a los conspiradores, o si para que haya progreso han de sucumbir algunos por el simple hecho de no compartir mis ideas, les permitiré enseñar las suyas. Tiempo no es lo ocurrido ni lo que ocurre, sí lo que ocurrirá, así no estés físicamente para verlo. Tiempo es oportunidad de hacer lo correcto, no lo ideal; lo justo, no lo conveniente, y lo que perdurará, no lo que se disipa.
Mañana tendré tiempo para ver mi Panamá crecer como una nación en donde haya justicia y equidad, ayer no lo logré, hoy sigo en mi empeño. Dicen que vivo de la ilusión, pero prefiero esto que ahogarme en la frustración. Qué de bueno hicimos antes o ahora por los pobres que no fuere someterlos; el futuro es nuestro siempre.
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