Respuesta cubana
El descrédito norteamericano, en sus anteriores aliados a ultranza, parte de Europa, el continente asiático, Medio Oriente, también en la búsqueda de su propio destino; abonan cada vez más al aislamiento de esa parte de Norteamérica.
- Jorge Puente Blanco / [email protected]
- - Publicado: 28/6/2017 - 12:00 am
El canciller cubano ha respondido de manera elegante y apropiada a la reciente intervención del presidente Trump en Miami, evidenciando la desastrosa alocución teatral, rodeado de los más representativos agentes de la CIA, y criminales mercenarios cubanos.
Ha sido otra actividad de rechazo a la política conciliatoria de su antecesor Barack Obama, que encaminó los primeros pasos ante el Congreso y los numerosos empresarios y políticos norteamericanos, con el propósito de levantar el bloqueo comercial y económico contra Cuba.
Agresión denunciada por el diplomático cubano, de criminal y deleznable en el consenso internacional, que además sería un fracaso y ampliaría la ayuda y colaboración a Cuba.
El lenguaje y la intervención brillante del dirigente cubano de argumentos sólidos, muy bien dirigidos, a la opinión pública, gobernantes del mundo y especialmente del continente, calificó con severidad y locuacidad, los falsos e intencionados argumentos de Trump.
Las evidencias y los hechos de una política digna, soberana y verdaderamente popular, al servicio del pueblo, de su bienestar, educación, salud, cultura, deportes y otros beneficios, legitiman con creces el verdadero concepto de la democracia socialista, que atrae, cada vez con más fuerza, el turismo norteamericano hacia Cuba; libertad y derecho de aquel pueblo que el magnate-presidente intenta impedir.
Casi de inmediato en la propia nación norteamericana, y en el ámbito internacional, el canciller cubano recibe el respaldo. Se trata de otro enorme paso en falso dado por la actual Casa Blanca que aumenta el descrédito de la política, a todas luces, imperialista.
El descrédito norteamericano, en sus anteriores aliados a ultranza, parte de Europa, el continente asiático, Medio Oriente, también en la búsqueda de su propio destino; abonan cada vez más al aislamiento de esa parte de Norteamérica.
En su llamado patio trasero Latinoamérica desarrolla la lucha revolucionaria, se consolidan los gobiernos patrióticos, aliados de Cuba; cambia definitivamente la problemática internacional. El continente africano tampoco queda atrás, nuevos líderes y procesos políticos se abren paso.
La “guerra fría” que el mandatario norteamericano renueva en todas las direcciones ya terminó. Los dirigentes momias en el Partido Republicano encontraron en el burgués inmobiliario su último apoyo, y se aliaron a sus semejantes exiliados cubanos. No hay otra explicación para tal adefesio.
El Partido Demócrata reordena sus filas, Obama no pierde su beligerancia, y con más razón, el sector que intentó ganar la candidatura presidencial en las pasadas elecciones.
Numerosos dirigentes de ambos partidos tradicionales, en la arena pública, inclusive en el Congreso; representantes de instituciones cívicas del pueblo, dan verdaderas muestras de repudio a la política oficial, sin duda lo que resta del periodo presidencial, hará más evidente esta realidad, y despertarán del sueño americano prometido por los falsos profetas.
Periodista
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