Organización
Súmate al voluntariado ambiental
Nuestra sociedad se ha caracterizado por el poco esfuerzo solidario en beneficio del bien común, y más aún cuando la convocatoria la hacen instituciones gubernamentales
Nuestra sociedad se ha caracterizado por el poco esfuerzo solidario en beneficio del bien común, y más aún cuando la convocatoria la hacen instituciones gubernamentales
- Néstor D. Flores ([email protected]) /
- - Publicado: 02/8/2014 - 12:00 am
Administrador público y educador ambiental.
Nuestra sociedad se ha caracterizado por el poco esfuerzo solidario en beneficio del bien común, y más aún cuando la convocatoria la hacen instituciones gubernamentales o algunos grupos de interés privado. Afortunadamente, esta conducta ha ido mejorando gracias al aporte de sociedades ilustradas en cuanto a la concienciación y la participación ciudadana. Garantizar la permanencia de la especie humana en este planeta, a pesar de los daños irreversibles causados por el desconocimiento y la avaricia del hombre, ha motivado una movilización mundial hacia una nueva corriente por el rescate de la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales renovables como un legado de vida.
La Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) abre espacios de participación ciudadana y crea el programa de voluntarios y voluntarias ambientales, para poner en marcha planes y programas cívico-ambientales en cumplimiento de políticas relativas a la educación ambiental, encaminadas a la protección, conservación y recuperación de los recursos naturales y el ambiente. Esta iniciativa ha motivado a que más de tres mil personas en todo el país, sin distingo de sexo, edad o credo político, se hayan alistado por tan digna y noble causa: salvaguardar un espacio sano en este planeta, para las próximas generaciones.
El voluntariado ambiental lo conforman hombres y mujeres con disponibilidad para trabajar en equipo, guiados por un ideal conservacionista y de altruismo apasionado. Son líderes comunitarios que cumplen con un perfil y caudal moral, labrado a puro pulmón en sus círculos sociales. El aporte en la realización de jornadas de trabajos de forma gratuita y la disposición para la ejecución de una agenda encaminada hacia una nueva cultura ambiental los empodera como ciudadanos del mundo protectores del planeta.
Una vez encauzados, recibirán inducción orientada en técnicas de trabajo de campo, con el propósito de reforzar sus conocimientos y la metodología para transmitirlos como entes multiplicadores. Promueven en la comunidad, empresas, centros educativos y demás grupos organizados talleres y foros de capacitación para gestionar proyectos amigables con el ambiente, como el reciclaje, reforestación, limpieza de ríos y playas, entre otros, dependiendo de la región y sus necesidades.
El voluntario ambiental, a diferencia de los seudoconservacionistas o piratas ecológicos, contribuye a que las comunidades y demás asentamientos humanos se organicen mediante alianzas comunitarias programáticas y emprendan un proceso continuo de capacitación e intercambio de experiencias para implementar métodos de convivencia sostenible con la naturaleza y logren alcanzar niveles de autogestión que mejoren el desarrollo humano y su calidad de vida, sin afectar el ambiente y los diversos ecosistemas.
El Gobierno central (ministerios) y los municipios, en coordinación con la Anam, deberían promover el voluntariado ambiental con sus colaboradores y amigos, para empezar por el aseo (la basura) de sus propias instalaciones, plazas y calles adyacentes. El sector privado ya empezó, con el proyecto Responsabilidad Social Empresarial, en respuesta al programa Red Nacional de Cooperación para la Educación Ambiental no Formal, de la Anam. Esta alianza facilitará que técnicos (ingenieros forestales, educadores ambientales) y voluntarios ambientales entre otros, instruyan a mucha más gente en actividades agroforestales, producción de abono orgánico, el reciclaje y la reforestación, para mencionar algunas. En otros países, cuando el presupuesto de gestión ambiental se agota, se abren espacios a la participación ciudadana a través del voluntariado ambiental.
La Anam aspira a convertirse en un ministerio y la reingeniería hacia una nueva culturización ambiental es una materia pendiente que habría que dinamizar como plan de trabajo, por medio de la apertura de espacios de participación, como el programa de la red nacional para la educación no formal, con el sector empresarial; las comisiones consultivas ambientales, con los Gobiernos locales y grupos organizados y el programa de voluntarios ambientales que suma a los grupos de bases comunitarias, ONG y el resto de la sociedad civil. El mayor recurso con que se cuenta es la voluntad de la gente. Súmate.
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