Análisis
Terror en la ‘U’
- Roberto Luciano Sánchez Vallarino
- - Publicado: 13/4/2015 - 12:00 am
Arquitecto y profesor universitario
Escena memorable del film “El Manantial” (1949), basada en la famosa novela de Ayn Rand: el arquitecto idealista Howard Roark encuentra al antiguo socio que lo traicionó arruinándole obras, quien le espeta: “sé lo que debes pensar de mí”... Roark contesta serenamente, “pero yo no pienso en Ud.”. La crítica resume la película así: “un arquitecto visionario e intransigente lucha por mantener su integridad, a pesar de las presiones personales, profesionales y económicas para que se conforme a los estándares populares”; “un arquitecto idealista combate corruptos intereses de negocios”.
¿Por qué la referencia fílmica? -por su similitud a la “U” (Universidad de Panamá) donde se aplica enorme presión a un único profesor, escogido entre cientos de docentes de esa Casa de Estudios: el destacado académico, amén de gran luchador por las causas nacionales, el Dr. Miguel Antonio Bernal, tratando de que se conforme, ceda, transija y principalmente, calle. Craso error de quienes aviesamente intentaron un cerco de hambre contra el Dr. Bernal, merecedor del respeto y admiración de sus conciudadanos y conciudadanas, a través de incontables luchas en las que su propia vida estuvo en grave peligro. Al retornar de estudiar meritoriamente el Doctorado en Francia, casi lo asesinan los jenízaros de la bota militar que nos oprimió. ¿Qué desencadenó el alud de bárbaros golpes, garrotazos, patadas e insultos sobre el joven líder? El no transigir, llamando a la protesta nacional contra la decisión de dar refugio en nuestro país a un dictador sátrapa, infame asesino del Medio Oriente.
Terrible ocasión, sin embargo el sufrir semejante ataque despiadado nunca produjo en el valiente catedrático lo que esperaron estos verdugos uniformados: su voz o su pluma siguieron combativas, a pesar de que tantos y tantas aceptaron colaborar con la indigna dictadura, llamada “dictablanda” por algunos en la “U”. Desde entonces, es precisamente en el claustro universitario donde se “conformaron” principios, valores, criterios, estándares, descendiendo hasta llegar a lo que tenemos hoy día, patentemente demostrado por el intento fallido del régimen de terror de La Colina de suspender al Dr. Bernal. Si la mayoría del estamento docente es honesto, entonces: ¿cómo se explica que distinguidos profesores y profesoras callen, miren para el otro lado, acepten, transijan? -en una palabra, terror.
Enseñé en la Facultad de Arquitectura 28 años, hasta retirarme voluntariamente al ver que la politiquería privaba sobre la academia, primero iban las prosopopeyas antes que los requisitos docentes: no había fondos para reemplazar focos de proyectores, pero sí para eventos de reverencia a las autoridades universitarias. El poder dictatorial de la UP incubó multitud de áulicos (cortesanos), turiferarios (aduladores), chupópteros, “moscas de la prosperidad”, cita frecuente a Shakespeare del Dr. Bernal. ¿Qué induce a la gris “clique” (camarilla) “Colinesca” a sus deleznables acciones? ¡Ah!, los peores pecados: la codicia y la envidia. No solo se ansía la riqueza a como dé lugar, también hay desesperación por aparentar virtudes que no se tienen; el Dr. Miguel Antonio Bernal ha dado amplias muestras de tales cualidades: Dignidad y Honor ciudadano, académico, personal.
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