De malas partidas y retiros de última hora
Se ha convertido en regla y no en excepción, que uno o dos ejemplares se muestren hostigosos detrás del partidor. El consenso general es que están “mal enseñados”.
- Egbert Lewis
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- - Actualizado: 30/7/2019 - 01:58 pm
Lo que se está viendo últimamente en el punto de partidas no es normal. Pareciera que nuestra hípica está yendo en retroceso en cuanto al adiestramiento de los equinos y al manejo que se les da una vez en encuentran detrás de barrera automática.
Las demoras en ubicar a los participantes, los retiros y las partidas disparejas son males que van in crescendo y de paso deslucen el espectáculo, minan la confianza del público y desdice del profesionalismo de nuestra hípica, que está por cumplir su centenario.
Se ha convertido en regla y no en excepción, que uno o dos ejemplares se muestren hostigosos detrás del partidor. El consenso general es que están “mal enseñados” y que se está siendo muy laxso en el otorgamiento del visto bueno que habilita a los caballos para presentarse en carreras públicas.
Lo anterior pudiera tomarse como una verdad absoluta si los malos comportamientos se dieran solo entre los debutantes y los potros inexpertos, pero los problemas detrás de la gatera se observan con la misma regularidad en grupos en donde tiene participación caballos veteranos, lisiados, clasiqueros o de mil batallas.
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Es justo reconocer que el trabajo que realizan los miembros del equipo que está en el punto de partida no es fácil y es sumamente riesgoso; eso no lo vamos a discutir ni a poner en dudas, pero también quienes observamos desde afuera, vemos con claridad que muchos ejemplares llegan tranquilos al partidor y apenas llegan ahí les cambia el carácter.
Y eso es así porque muchos, por instinto de conservación, reaccionan porque saben que ahí se les tira arena, los jamaquean, les aprietan la orejas, los empujan, los jalan, los ponen a dar vueltas como locos y les crean un estrés innecesario, producto de la demora irracional que se produce para dar la orden de partida.
Recientemente se han dado algunos retiros en el punto de partidas debido, básicamente, a malos comportamientos de algunos equinos.
Pero lo que realmente llama la atención es el hecho de que quienes tienen la responsabilidad en la gatera conocen a la mayoría de los equinos. Entonces deberían ser capaces de tomar mejores decisiones.
Por ejemplo, el reglamento de carreras dispone que el juez de partida puede decidir, según su criterio, colocar de primero o de último al caballo que considere que ofrece mayor resistencia para ser cuadrado por su indocilidad.
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Siendo así, el sentido común indica que primero se debiera “pelear” con él o los caballos problemáticos y después colocar a los más dóciles y no al revés, como se acostumbra aquí.
Esta práctica se constituye en una desventaja para los caballos más tranquilos, porque la mayoría de las veces se les coloca dentro de su cajón y ahí deben quedar prácticamente paralizados o enjaulados hasta que logran controlar al o los problemáticos. El resultado todos lo vemos: caballos dormidos, ladeados y partidas disparejas.
Muchas dirán que le demora a veces se debe a que están dando espacio para que mejoren las apuestas. Bueno para eso hay dos soluciones claras: Pierdan un par de dólares y traten de dar las partidas a la hora que es, para que así el público aprenda y, la segunda, obliguen a todos los caballos a realizar el paseo protocolar(casi no existe) por los menos hasta el punto de los últimos 200, con el tiempo debidamente calculado, para que cuando lleguen al punto de partida vayan ingresando de una vez a sus compartimientos, como los vemos cientos de veces todos los días en los hipódromos de Estados Unidos.
Hagan los correctivos de inmediato antes que a la gente se les siga agotando la paciencia.
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