Rescatar libros, salvar ideas
- Redacción /
Las manos y la destreza de un artesano panameño se combinan en una simbiosis casi perfecta, que ayuda a prolongar el promedio de vida material e intelectual de obras, que van desde la Biblia, hasta un trabajo de grado o una publicación histórica.
Juan Cedeño es el compañero de una "viejita" que frisa los 50 años. Dice sentirse complacido con el trabajo que ella hace, aunque para que satisfaga sus expectativas, debe esperar que "La Viejita" se caliente hasta llegar a por lo menos 250 grados.
"La viejita", como él la llama, no es otra que la máquina estampadora, marca Kwikprint, que Cedeño utiliza como aliada para realizar una labor inestimable: rejuvenecer las "alas" de los libros para optimizar su longevidad y permitir que sigan pasando de mano en mano, de generación en generación.
Esta máquina, que es un linotipo que se utiliza para estampar letras sueltas, tiene más 50 años de estar sirviendo para el propósito de mejorar las portadas y carátulas de libros y otras publicaciones y se constituye en el último eslabón del proceso que Juan Cedeño realiza artesanalmente, desde hace 30 años.
Para salvar las publicaciones, además de la Kwikprint, Cedeño se vale de otras instrumentos como una guillotina, gomas, una plegadora, cartulina (calibre 32), una componedora y una caja letras, entre otros.
Juan Cedeño, quien realiza la buena parte de su trabajo en un taller dentro de su casa, cuenta que la clientela generalmente lo busca para encuadernar libros más recientes, debido a que los propietarios de obras de vieja data, generalmente prefieren conservar las con el empaque original, siempre y cuando, no esté deteriorado.
Aunque entró accidentalmente a la actividad, siendo muy joven (14 años), el señor Cedeño dice que no se arrepiente de haber seguido este camino.
Además de libros, biblias y revistas, también presta sus servicios para el empastado de trabajos de grado y la confección de portadiplomas, menús para restaurantes, libros de notas y otros.
Reconoce que a pesar de que todavía tiene muchos clientes, antes el negocio era mejor. Los avances tecnológicos han incidido en eso, aunque todavía no se ha inventado una máquina que pueda hacer el proceso completo de empastar y cambiar las carátulas de los libros.
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