Mundo de Negocios
Los mercados petroleros tienen un problema de sincronización
Ahora que los gobiernos se encuentran concentrados en contener la propagación de la COVID-19, la demanda de petróleo ha bajado con más rapidez y hasta niveles más bajos que nunca antes en la historia.
- The Economist
- - Actualizado: 10/5/2020 - 11:22 am
Desde hace más de un siglo, el petróleo ha sido una de las materias primas más vitales del mundo. Sin embargo, el 20 de abril no solo perdió su valor... nadie lo quería. El precio del contrato de futuros para mayo del crudo West Texas Intermediate se desplomó a un nivel inconcebible hasta entonces: bajó a -40 dólares. El precio del crudo Brent, la referencia internacional, también se fue a pique antes de que ambos se recuperaran un poco; los contratos cercanos se liquidaron el 22 de abril a 13,78 dólares para el WTI y 20,37 dólares para el Brent.
De cualquier forma, los mercados de petróleo todavía tienen un problema de sincronización.
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Ahora que los gobiernos se encuentran concentrados en contener la propagación de la COVID-19, la demanda de petróleo ha bajado con más rapidez y hasta niveles más bajos que nunca antes en la historia. La producción no reaccionó en sincronía para bajar el ritmo, por lo que los tanques de almacenamiento se han ido llenando. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados anunciaron este mes un acuerdo histórico para reducir la producción. El 20 de abril, el presidente Donald Trump anunció que es posible que el gobierno estadounidense compre hasta 75 millones de barriles de crudo para la reserva estratégica de Estados Unidos. Por desgracia, no es muy probable que la producción baje con suficiente rapidez para equilibrar los mercados en mayo, junio, o incluso más adelante este verano. Conforme aumenten los inventarios de crudo, también aumentará la presión sobre el mercado.
El contrato de mayo para el WTI, con todo y que fue idiosincrático hasta cierto punto, ejemplifica la situación de desastre. El último día de negociación del contrato fue el 21 de abril. El precio se desplomó el 20 de abril, cuando los distribuidores se dieron cuenta de que tenían programadas entregas de petróleo en Cushing, Oklahoma, en mayo, pero era probable que Cushing no tuviera tanques disponibles para almacenarlo.
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La presión sobre el mercado global es menos extrema, aunque no totalmente distinta. El 12 de abril, la OPEP y sus aliados se comprometieron a frenar el ritmo de producción dejando de producir 9,7 millones de barriles al día en mayo y junio, el mayor recorte de la historia. Por desgracia, el acuerdo no se concretó a tiempo para lidiar con la implosión de la demanda en abril. La Agencia Internacional de la Energía espera que la demanda de petróleo caiga 29 millones de barriles al día este mes, en comparación con abril de 2019, el equivalente a un tercio de la oferta global.
El acuerdo quizá tampoco sea suficiente para lograr la sincronización con la baja de la demanda en mayo, sobre todo porque los recortes en sí son menos significativos de lo que da a entender el anuncio. Es posible que no todas las partes del acuerdo, que son más de veinte, lo cumplan. Por si fuera poco, Arabia Saudita, Rusia y otros integrantes del grupo no convinieron en reducir la producción con respecto a los niveles de febrero, sino con respecto a una cifra más elevada. En consecuencia, el recorte total, en comparación con febrero de este año, es más bien de alrededor de 7,5 millones de barriles al día, según la empresa de investigación Bernstein.
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