'Un llamado 911'
Hace falta recordar que existe la decencia, la ética, los valores y trabajar en ser mejor persona. El mundo entero se encuentra en caos gracias ...
Hace falta recordar que existe la decencia, la ética, los valores y trabajar en ser mejor persona. El mundo entero se encuentra en caos gracias al olvido de la paz, el amor y la unión. Actualmente, se incrementa la avaricia, la sed de poder y la indiferencia. Nos olvidamos del verdadero significado de la felicidad, el que es confundido por riquezas, control y egoísmo. La conciencia de nuestros actos se vuelve nula y vivimos en una burbuja donde nos sentimos merecedores de todo, "cueste lo que cueste", sin importarnos si esto afecta negativamente a los demás.
Trabajamos solo para ganar dinero y no por satisfacción. Nos volvemos "robots del dinero" sin importar nuestros sueños. La vida se pasa día a día y no nos detenemos ni un minuto a reflexionar sobre nuestro actuar y pensamientos. Nos volvemos consumistas viciosos, compramos de más, cosas que tal vez no sean tan necesarias, solamente por mostrar que tenemos más. La vida se vuelve una farsa porque nos desvivimos por enseñarles a todos que somos felices mientras en lo más profundo de nuestro corazón tenemos preguntas sin respuestas, un gran vacío o un gran dolor.
Lo que importa ahora es ¿cuánto dinero ganas?, ¿en qué te lo gastas?, ¿cuántas cuentas bancarias tienes?, la marca de auto que manejas o si ya te compraste el último modelo de vestido o teléfono móvil porque el que tienes "ya pasó de moda".
Vivimos por vivir y no por disfrutar la vida de una manera sencilla y equilibrada. Nos importa "cero" cuidar nuestra fauna y flora, nos preocupa "nada" el ahorro del agua, ni mucho menos nos interesa saber cómo podemos contribuir para erradicar la "pobreza extrema mundial". Lo que nos importa es "EL YO", ese ego suicida que nos hunde, nos vuelve insensatos, inconscientes o fácilmente seres sin corazón.
Desde hace años, me he preguntado: ¿Será que los valores se han perdido? En ese momento, una persona me respondió: "Sí, tienes razón, se han perdido, pero te cuento algo, los valores son rescatables".
Entonces aquí viene mi gran consejo: los valores debemos rescatarlos de inmediato. Hago un llamado 911 para que toda familia, que es la base de toda sociedad, inicie un gran movimiento de fomentar amor, amistad, bondad, respeto, paz, generosidad, agradecimiento, tolerancia, solidaridad e igualdad.
Todos somos los responsables de crear un mundo mejor que no es nuestro, sino más bien de nuestras futuras generaciones. Busquemos soluciones y no seamos parte del problema. Seamos positivos y llenemos nuestros días de motivación y alegría.
Tengamos la mente abierta para respetar las opiniones de los demás, seamos personas de paz para que este mundo cambie. Te recuerdo también que en el perdón podemos encontrar tranquilidad y calma en nuestra alma.
Hagamos un alto en nuestro día, y preguntémonos: ¿Realmente me hace feliz lo que hago? ¿Estoy trabajando en la realización de mis sueños? ¿Seré parte del cambio que necesita este mundo?
Seamos personas soñadoras, pensemos en grande y luchemos con perseverancia la realización de nuestras metas. Disfrutemos de las maravillas que el mundo nos ofrece: un lindo paisaje, un amanecer, un hermoso pájaro posado en un árbol, visitar el mar o descubrir lugares mágicos de la naturaleza.
Seamos buenos vecinos, amigos, hijos y hermanos. Y como dice el dicho: "Hagamos el bien y no miremos a quien". Respetemos nuestro medioambiente. Sé un buen ciudadano: no botes basura en la calle, respeta las leyes de tránsito, sé cordial en el manejo y sé amable con los adultos mayores.
Marca 911 para cambiar este mundo y a ti mismo. Para que todo mejore debemos tener el compromiso de aportar una gran dosis de ideas nuevas y comportamientos que impacten positivamente para la renovación de la humanidad.