La doble condena de los homicidas en Panamá
Las emociones súbitas, pasajeras y transitorias, como el miedo, el odio y la ira, llevan al delito, asegura José Kaled.
- Las Vegas, EEUU
- - Publicado: 29/1/2006 - 12:00 am
EL CASO de la niña de tres años que murió en manos de su propio tío, en Río de Jesús, Veraguas, quien la decapitó sin piedad, ha estremecido a los corazones más fuertes. ¿Qué lleva a una persona a cometer semejante acción? Los estudiosos siguen en la búsqueda de respuestas.
Lo que hasta el momento ha sido comprobado es que una vez se asesina, las posibilidades de rehabilitación parecen más lejanas que la libertad misma.
El Segundo Tribunal Superior de Justicia condenó a 20 años de prisión a Markelis Morales por estrangular a sus dos hijos en la Isla de Taboga. Los hechos ocurrieron el 4 de abril de 1998.
¿Qué ha pasado desde entonces? En el Centro Femenino de Rehabilitación Markelis intentó suicidarse, "no es cuento". Panamá América habló con sus compañeras de celda. Las entrevistadas adujeron que ella refleja una tristeza indescriptible, nostalgia que se acentúa en los días de visitas familiares.
Otra de las internas de 42 años, recluida en el Hogar 8 y condenada a 15 años por el asesinato de su bebé de nueve meses, aseguró: "yo no maté a mi hijo, él se me cayó de la cama". Su caso está en apelación.
La lista de estos casos sigue. "Marcela", una de las jóvenes condenadas por el delito de infanticidio piensa que "el destino le jugó sucio". Ha pagado seis años y ahora trabaja en las instalaciones del penal. Su padre, fue el primero en dejar de visitarla.
La primera vez que un psicólogo atendió a Marcela fue la semana pasada. El Centro Femenino de Rehabilitación por muchísimo años no ha tenido psicólogos ni médicos, confirmó Josefina, de 56 años.
Son historias reales. Mujeres que sepultaron la inocencia de sus hijos. En medio del castigo social y moral, viven con grandes cargos de conciencia a la espera de mejores días.
La ministra de Desarrollo Social, María Roquebert, conoce lo espeluznante de los casos de infanticidio. Los más recientes: el papá que mató a su hijo a golpes en la provincia de Chiriquí y la decapitación de una menor de tres años en Veraguas.
Solamente el año pasado, según estadísticas de la Policía Técnica Judicial (PTJ) hubo un total de 12 menores víctimas de homicidios.
Roquebert estima que aunque el infanticidio es castigado penalmente, lo ideal es que estas personas reciban ayuda idónea para un debido proceso de rehabilitación.
Y sin justificar lo injustificable, el doctor José Kaled, conocido como el Decano de la psiquiatría en Panamá ha dicho que "el hombre llegó a la luna, pero no ha llegado a conocerse a sí mismo, en esos cuatro gigantes del alma que son generadores de violencia cuando están mal dirigidos".
Se refiere al miedo, la pobreza, el hambre, la soledad, la falta de educación, el dominio de los instintos, todos impulsan al hombre a través de sus sentimientos.
Lo que hasta el momento ha sido comprobado es que una vez se asesina, las posibilidades de rehabilitación parecen más lejanas que la libertad misma.
El Segundo Tribunal Superior de Justicia condenó a 20 años de prisión a Markelis Morales por estrangular a sus dos hijos en la Isla de Taboga. Los hechos ocurrieron el 4 de abril de 1998.
¿Qué ha pasado desde entonces? En el Centro Femenino de Rehabilitación Markelis intentó suicidarse, "no es cuento". Panamá América habló con sus compañeras de celda. Las entrevistadas adujeron que ella refleja una tristeza indescriptible, nostalgia que se acentúa en los días de visitas familiares.
Otra de las internas de 42 años, recluida en el Hogar 8 y condenada a 15 años por el asesinato de su bebé de nueve meses, aseguró: "yo no maté a mi hijo, él se me cayó de la cama". Su caso está en apelación.
La lista de estos casos sigue. "Marcela", una de las jóvenes condenadas por el delito de infanticidio piensa que "el destino le jugó sucio". Ha pagado seis años y ahora trabaja en las instalaciones del penal. Su padre, fue el primero en dejar de visitarla.
La primera vez que un psicólogo atendió a Marcela fue la semana pasada. El Centro Femenino de Rehabilitación por muchísimo años no ha tenido psicólogos ni médicos, confirmó Josefina, de 56 años.
Son historias reales. Mujeres que sepultaron la inocencia de sus hijos. En medio del castigo social y moral, viven con grandes cargos de conciencia a la espera de mejores días.
La ministra de Desarrollo Social, María Roquebert, conoce lo espeluznante de los casos de infanticidio. Los más recientes: el papá que mató a su hijo a golpes en la provincia de Chiriquí y la decapitación de una menor de tres años en Veraguas.
Solamente el año pasado, según estadísticas de la Policía Técnica Judicial (PTJ) hubo un total de 12 menores víctimas de homicidios.
Roquebert estima que aunque el infanticidio es castigado penalmente, lo ideal es que estas personas reciban ayuda idónea para un debido proceso de rehabilitación.
Y sin justificar lo injustificable, el doctor José Kaled, conocido como el Decano de la psiquiatría en Panamá ha dicho que "el hombre llegó a la luna, pero no ha llegado a conocerse a sí mismo, en esos cuatro gigantes del alma que son generadores de violencia cuando están mal dirigidos".
Se refiere al miedo, la pobreza, el hambre, la soledad, la falta de educación, el dominio de los instintos, todos impulsan al hombre a través de sus sentimientos.
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