Panamá
Civilización o barbarie hoy
Los EEUU, son hasta ahora los únicos claros ganadores del conflicto, al empezar los norteamericanos a vender gas y petróleo a Europa occidental un 40% más caro que el gas y petróleo rusos. Pero no sólo ello.
- Gregorio Urriola Candanedo
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- - Actualizado: 30/6/2022 - 12:00 am
La "barbaridad" cometida por Putin (el expresidente uruguayo Pepe Mojica dixit), es la crónica de un desastre anunciado por lo menos desde 2014, fecha cuando una Unión Europea -sumida en el sueño protector del Pentágono- creía que podía crecer sin dedicar un centavo al prepuesto de defensa común, según el propio Donald Trump les reclamaba en esas fechas; y lo que es más grave, dejar en manos norteamericanas el sensible tema de la seguridad común. Simplemente los europeos dejaron fueron de su agenda los asuntos de su propia seguridad y los entregaron en manos de los halcones de la OTAN -incluido los siempre prestos ingleses y franceses, y aún hoy los reticentes alemanes cuyos propios halcones han visto derribarse los muros construidos desde 1945. Solo en los discursos de Francia y Alemania se oía el clamor de que Europa hablara con una sola voz, pero esa voz lo era para asuntos preponderantemente económicos, y más esencialmente, financieros y monetarios.
Muy lejos quedó la pretensión de la "Casa común", desde Lisboa a Vladivostock que tras la caída de la Unión Soviética, y que un liberal Mijail Gorbachov, pensaba que podría crearse en el vasto continente euroasiático. Naufragaron como las promesas de George Busch padre y su Secretario de Estado, James Baker, de que la OTAN no se alargaría ni un centímetro más allá de Alemania. Primero Clinton y luego Obama y Trump cercaron Rusia y la humillaron en sus antiguas zonas de influencia y ante sus antiguos aliados.
Así llegamos al actual escenario, donde aún Europa pretende ganar una guerra en la cual el sudor, las lágrimas, la sangre y los muertos los pone Ucrania. El escenario donde mientras la Unión Europea entra en la retórica belicista desaforada se han olvidado de la diplomacia y la política como los únicos y genuinos medios que pueden terminar esta guerra y prevenir otras calamidades mayores en el mediano y largo plazo. No. Con más tanques y más entrenamiento militar a fin de agotar a los rusos. Así, parece más bien que los líderes europeos apuestan por una guerra de desgaste que termine no solo de devastar las ciudades y pueblos de Ucrania sino que deje postrada a Rusia, con quizá la única opción de desatar una guerra nuclear donde, de seguro, no habrá ganadores.
Mientras Europa no entienda que los mayores costos de la guerra lo han de pagar los ciudadanos -y de hecho acontece que los países de Europa occidental siguen pagando gas y petróleo rusos y desatan un proceso de estanflación que el cual pagamos todos, pero especialmente los propios europeos-; parece, digo, que esta Europa sin cabeza propia lo espera todo de los EEUU. O como decía Macron (antes de su fracaso mediador) es la "descerebrada OTAN" quien ordena con 1 Economista. Docente, investigador y gestor universitario. implacable lógica militarista las cada vez más derechizadas administraciones en el espacio europeo; Para luego matizar ante el propio Parlamento Europeo llamando a no "humillar más a Rusia", en claro contrapunto a la belicista Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula van Leyden, que en el mismo escenario llamaba a replantear las reglas básicas contenidas en los Tratados de la Unión Europea (eliminar la regla del estricto consenso de los Estados miembros para todos los temas).
Los EEUU, son hasta ahora los únicos claros ganadores del conflicto, al empezar los norteamericanos a vender gas y petróleo a Europa occidental un 40% más caro que el gas y petróleo rusos. Pero no sólo ello. Con esto, los EEUU ha relanzar su industria de armamento, y, en general, a su industria y servicios bélicos, como una suerte de apalancamiento de inversiones cuando la industria regular parece caer también en un proceso recesivo. Pero no solo ello. Analistas en io Noam Chomsky y Boaventura de Sousa Santos han calificado la invasión rusa a Ucrania como el mejor regalo hecho por Putin a los EEUU pues ello ha forzado a los lazos transatlánticos entre los EEUU y la Unión Europea tras los desaires de Trump a los líderes de Europa Occidental, y, de hecho, caer apabullado en la guerra mediática que los EEUU manipulan sobradamente.
En suma, sólo la política – y en particular la diplomacia- podrá poner fin a la guerra, pero esto se hace más ilusorio en la medida en que la guerra mediática e informativa induce a creer que el fin de la contienda puede ser alcanzado por las armas en la cada vez más devastada y desangrada Ucrania, lideradas por un Presidente que no ha dudado a involucrar en el conflicto a la población civil y utilizarlo como escudos, incluso en sitios como la acería de Mariúpol. Por otra parte, recordemos que de acuerdo a los expertos en temas de paz, entre ellos Andrew Blum, quien apoyado en cifras de la Universidad de Uppsala: “entre 1946 y 2005, sólo 39 de 288 conflictos, o el 13,5%, se resolvieron con un acuerdo de paz... Los demás terminaron con la victoria de un lado, o el fin de la lucha sin un acuerdo de paz o una victoria” (2022, en entrevista para The Conversation) Es más que seguro que las tropas rusas no se detendrán mientras no tengan el pleno control del Donbass y hayan exterminado a los neonazis que masacraron a unas 14,000 personas desde 2014 en las hoy autoproclamadas repúblicas en Donetsk y Luhansk (El Español, enero 2022). Algo que la hoy airada Europa Occidental no quiso mirar ni publicitar en casi nueve años). Son los asuntos de seguridad europea los que están en el fundo, y ello debió preverse desde el precario ambiente del Protocolo y Memorando Suplementaria de Minsk, Biolorrusia, de septiembre de 2014.
Los ciudadanos del mundo debemos presionar por la salida de esta escalada bélica por medio de la diplomacia y la negociación y reconocer la primera verdad que usualmente es la primera víctima de toda guerra: que existe una disputa geopolítica de fondo, que los temas de seguridad deben ser abordados con absoluto realismo por los reales interlocutores y que existe un nuevo orden geopolítico mundial que precisa construir un nuevo mecanismo de gerenciamiento de ese orden, para restablecer de nuevo el imperio de la ley internacional y los derechos (siempre reclamados pero jamás respetados por las grandes potencias de antaño y hogaño). Pero eso exige reflexión y organización a fin de detener la barbarie. ¿Seremos capaces de hacerlo al filo de la más temible de las catástrofes –la ecológica- que esta guerra europea sólo ha venido a acelerar? Tengo severas duras al observar con pesadumbre que hasta los cristianísimos líderes de las iglesias de Oriente y Ocidentce vuelven a bendecir los cañones (el monagillo o el capellán).
Razón tiene el expresidente Lula DaSilv a, al asignar responsabilidades compartidas a los feroces nacionalistas y ultra-conservadores Putin y Zelensky. Pero mayor culpa lo tienen europeos y los EEUU en evitar el tema de la negociación de la seguridad global, y replantearse la construcción de un nuevo orden mundial que corresponda a las nuevas realidades.
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