Con cabeza fría y pensando en la post-crisis
- Julio César Pinzón Cossio
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- - Publicado: 12/4/2020 - 12:00 am
La economía es un pilar fundamental en cualquier sociedad, en la nuestra opera una economía de mercado, donde oferta y demanda, con muy pocas regulaciones estatales, establecen el equilibrio. Si las empresas privadas o estatales o de capital mixto, no cobran por los productos o servicios que prestan, no generarían riquezas, en consecuencia, no pagarían impuestos, y por añadidura El Estado mermaría su capacidad de dar respuesta a la población, dado que el presupuesto general está calculado en base a las estimaciones de recaudación de impuestos.
Hay factores de fuerza mayor que pudieran hacer colapsar la economía, entre ellos las guerras, las pandemias, o los desastres naturales. Frente al colapso económico por estas razones, otros pilares fundamentales de la sociedad deben entrar a jugar su rol, ente ellos la solidaridad, la contención de gastos, la optimización de los recursos y el ahorro. Y todos estos pilares o principios debe la sociedad y sus gobernantes ponerlos en práctica. Pero una cosa es la aplicación de estos principios y otra muy distinta la aplicación de medidas populares, que a todos nos encantan, pero todos no sabemos las consecuencias. Sepan que quienes dicen no pagues tres meses de luz, no pagues hipotecas, no pagues tu carro, no han explicado, que al no pagar se desangra el sistema económico, y que al final esto afectará mucho más que la propia crisis.
Si alguien no tiene cómo pagar sus obligaciones a consecuencia del cese de labores u operaciones producto de la pandemia, pues en definitiva no pague, pero deberá estar consciente que tendrá que pagar después. Lo que todos podemos hacer es ahorrar de distintas formas, desde apagar todas la luces de la casa más temprano, para generar ahorro energético, hasta racionalizar la alimentación, tomando conciencia que estamos en medio de una pandemia, cuyo alcance desconocemos. En tanto, aquellas personas que laboran para el gobierno, por ejemplo, o para algunos de los sectores que continúan laborando, no tendrían excusas para no hacerle frente a sus obligaciones, no tendría por qué no pagar sus deudas, sin embargo, también deben aplicar medidas de restricción y de ahorro de los recursos.
Las acciones de gobierno deben ir encaminadas a solventar situaciones puntuales a sectores determinados, es decir, a los que verdaderamente les afecta esta pandemia. Entiéndase a aquellas personas que les han suspendido sus trabajos, a los que han cerrado sus locales, a los artesanos, los taxistas, empleados de hoteles, entre muchos otros. Nada se hace con mandar bolsas de comida a los representantes, bolsas que terminan primero en la casa de los activistas, que todavía no se les ha podido conseguir un trabajo, sin descontar el sobrecosto que tienen tales bolsas para el Estado, y que al final no es más que una migaja que se entrega a la población sin mayor beneficio.
No soy asesor presidencial, si tuviera la oportunidad de opinar haría muy puntualmente las siguientes recomendaciones:
1. Reclute todo el personal médico del país, sí cómo se oye, aquellos jóvenes recién graduados de ciencias de la salud, para que le dé un poco más de descanso físico y mental al personal que actualmente labora. Si en estado de conflictos bélicos o de guerra se reclutan soldados, por qué no se reclutan a los profesiones idóneos en este guerra sanitaria.
2. Vete la ley de no pago por tres meses que se dictó de manera general, mejor es la suspensión de los cortes de los servicios públicos mientras dure la situación, de tal forma que el que pueda pague y el que verdaderamente no pueda pagar, que no le corten el servicio.
3. Fomente el crédito fiscal, estas empresas cerradas por la pandemia, que paguen a sus trabajadores sus salarios sin trabajar, se les reconozca del pago de salarios un porcentaje como crédito fiscal y otro como anticipo a prima de antigüedad y otras prestaciones. De esta forma la cuota de sacrificio correspondería tanto a empresarios como a trabajadores, porque a todos nos compete aportar en momentos de crisis.
4. Fomente préstamos de subsistencia a micro y pequeños empresarios, a profesionales y trabajadores independientes, afectados por la pandemia, a bajas tasas, que comiencen a pagar a 90 días luego de concluida la crisis, tome como referencia para los préstamos las capacidades financieras reflejadas en las declaraciones de renta, eso va a enseñarnos el porqué es positivo declarar lo que en verdad se genera. Con la observancia, de buenas referencias de crédito.
5. Fomente la tele-educación, todos pudieran tener acceso, ya que hasta en el campo más apartado hay data, y con data desde casa se puede acceder a cualquier canal de YouTube. Una plataforma permitiría hacer pruebas en línea. Ahora es momento para mejorar el deficiente sistema educativo que tenemos.
6. Disponga suspender algunos proyectos, previstos para el 2020, realice traslados de partidas, para la consecución de los fines perseguidos, sin la necesidad de utilizar, en primer lugar, el fondo de ahorros del Estado.
7. Triplique el apoyo al sector agropecuario, y fomente la producción de rubros de ciclo corto, para asegurar la soberanía alimentaria.
1. Constituya una empresa estatal transitoria, dótela de presupuesto para que compre granos en el mercado internacional, y efectúe el adecuado ensilaje, para tener asegurado a la población el consumo de carbohidratos, antes que los precios se eleven por la demanda.
Hagamos de esta crisis una oportunidad para mejorar como sociedad en muchos aspectos, para ser más eficientes, para ser más solidarios, para tener una mejor visión país
Abogado
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