¿Cuántos son y dónde se encuentran los micros y pequeños empresarios?
Publicado 2000/04/09 23:00:00
Como decíamos en el artículo anterior, acerca de la importancia de la micro y pequeña empresa en el proceso de erradicación de la pobreza, el esfuerzo de hoy constituye una estrategia global por ayudar a los 100 millones de pobres del mundo, a superar los estragos de este flagelo.
Panamá es parte de esta estrategia mundializada, a través del acuerdo derivado de la Cumbre de la Microempresa de las Naciones Unidas, firmado en febrero de 1997. El énfasis de este esfuerzo formalizado se concentra en focalizar medidas que fomenten y promuevan el desarrollo de las micros y pequeñas empresas y faciliten su entrada hacia la formalidad como una vía válida para ayudar, en el caso nuestro a un millón veinte de panameños pobres, a superar la línea de pobreza. Con el propósito de contribuir en este esfuerzo, queremos aportar algunos elementos del empleo, desde la perspectiva que nos permiten los datos de la Encuesta de Establecimientos realizada por la Contraloría General de la República, la cual contabiliza para el año 1998 la existencia de 42,452 empresas formalizadas en mi país que produjeron aproximadamente unos 242,019 empleos y las estadísticas de ocupación generadas por el Sistema de Información y Análisis Laboral (SIAL), las cuales señalan para el mismo año la existencia de unas 251,539 personas que trabajan en forma independiente. El análisis de las cifras de la Encuesta de Establecimiento nos permite un acercamiento a la caracterización del empleo generado por las empresas por vía del número de empleados o por los ingresos brutos anuales, vale decir las ventas totales, sin incluir los gastos realizados por la empresa durante los 365 días del año. Por la vía del empleo, tenemos unas 34,698 empresas que tienen de 1 a 5 empleados, que en promedio significan un total anual de 104,094 trabajadores; y unas 5,007 empresas que tienen de 6 a 20 empleados que en promedio significan un total anual 65,091 trabajadores.
Esto significa que entre los dos grupos se cuentan aproximadamente 39,705 empresas que producen el sustento de unos 169,185 trabajadores, que significan el 70% del total generado por las empresas existentes.
Quiere decir que 7 de cada 10 panameños que trabajan en la empresa privada generan su sustento y el de sus familiares o dependientes, estimados en total de 264, 623 personas, gracias al esfuerzo realizado por las llamadas micros y pequeñas empresas. Mientras tanto, el análisis de las estadísticas del SIAL para el mismo período nos permiten establecer la existencia de 243,748 trabajadores por cuenta propia en el sector informal y unos 7,791 en el sector moderno, los que juntos constituyen unos 251,539 panameños trabajadores dispuestas a salir por sí mismas de la pobreza. Más aún, análisis recientes realizados por OIT mediante esquemas más complejos concluyen que en Panamá existen 171,000 autoempleados que producen su sustento honradamente, mientras que existen otras 159,000 que se encuentran trabajando en alrededor de 204,000 empresas consideradas micros y pequeñas no agrícolas (modernas y de baja productividad).
Con cualquiera de las cifras consideradas es fácil concluir que si la encuesta realizada por la Contraloría General apenas registra la existencia 39,705 empresas formalizadas como micros y pequeñas empresas, tenemos por lo menos unas 164,295 empresas que no están registradas y que podrían funcionar mejor si tuvieran acceso a microcrédito, a una mayor protección y orientación empresarial, a una cobertura especial de seguridad social, que le permita a esos trabajadores gozar de los derechos a una adecuada atención médica y una adecuada capacitación, , lo que sería posible si su actividad empresarial o de autoempleo estuviera debidamente formalizada.
De todo lo anterior, se colige que el esfuerzo que debe hacer nuestro país para una la Ley Marco de la Micro y Pequeña Empresa que tome en cuenta la heterogeneidad que las caracteriza, la cuantía, el tipo y la velocidad del empleo que es capaz de generar, los grupos que lo componen el sector, las nuevas oportunidades y fuentes de microcrédito interno y externo; los requisitos para accesarlos y aprovecharlos bien; y las situaciones del entorno institucional que le afectan y que pueden ser modificadas, tan sólo con una buena voluntad política.
Panamá es parte de esta estrategia mundializada, a través del acuerdo derivado de la Cumbre de la Microempresa de las Naciones Unidas, firmado en febrero de 1997. El énfasis de este esfuerzo formalizado se concentra en focalizar medidas que fomenten y promuevan el desarrollo de las micros y pequeñas empresas y faciliten su entrada hacia la formalidad como una vía válida para ayudar, en el caso nuestro a un millón veinte de panameños pobres, a superar la línea de pobreza. Con el propósito de contribuir en este esfuerzo, queremos aportar algunos elementos del empleo, desde la perspectiva que nos permiten los datos de la Encuesta de Establecimientos realizada por la Contraloría General de la República, la cual contabiliza para el año 1998 la existencia de 42,452 empresas formalizadas en mi país que produjeron aproximadamente unos 242,019 empleos y las estadísticas de ocupación generadas por el Sistema de Información y Análisis Laboral (SIAL), las cuales señalan para el mismo año la existencia de unas 251,539 personas que trabajan en forma independiente. El análisis de las cifras de la Encuesta de Establecimiento nos permite un acercamiento a la caracterización del empleo generado por las empresas por vía del número de empleados o por los ingresos brutos anuales, vale decir las ventas totales, sin incluir los gastos realizados por la empresa durante los 365 días del año. Por la vía del empleo, tenemos unas 34,698 empresas que tienen de 1 a 5 empleados, que en promedio significan un total anual de 104,094 trabajadores; y unas 5,007 empresas que tienen de 6 a 20 empleados que en promedio significan un total anual 65,091 trabajadores.
Esto significa que entre los dos grupos se cuentan aproximadamente 39,705 empresas que producen el sustento de unos 169,185 trabajadores, que significan el 70% del total generado por las empresas existentes.
Quiere decir que 7 de cada 10 panameños que trabajan en la empresa privada generan su sustento y el de sus familiares o dependientes, estimados en total de 264, 623 personas, gracias al esfuerzo realizado por las llamadas micros y pequeñas empresas. Mientras tanto, el análisis de las estadísticas del SIAL para el mismo período nos permiten establecer la existencia de 243,748 trabajadores por cuenta propia en el sector informal y unos 7,791 en el sector moderno, los que juntos constituyen unos 251,539 panameños trabajadores dispuestas a salir por sí mismas de la pobreza. Más aún, análisis recientes realizados por OIT mediante esquemas más complejos concluyen que en Panamá existen 171,000 autoempleados que producen su sustento honradamente, mientras que existen otras 159,000 que se encuentran trabajando en alrededor de 204,000 empresas consideradas micros y pequeñas no agrícolas (modernas y de baja productividad).
Con cualquiera de las cifras consideradas es fácil concluir que si la encuesta realizada por la Contraloría General apenas registra la existencia 39,705 empresas formalizadas como micros y pequeñas empresas, tenemos por lo menos unas 164,295 empresas que no están registradas y que podrían funcionar mejor si tuvieran acceso a microcrédito, a una mayor protección y orientación empresarial, a una cobertura especial de seguridad social, que le permita a esos trabajadores gozar de los derechos a una adecuada atención médica y una adecuada capacitación, , lo que sería posible si su actividad empresarial o de autoempleo estuviera debidamente formalizada.
De todo lo anterior, se colige que el esfuerzo que debe hacer nuestro país para una la Ley Marco de la Micro y Pequeña Empresa que tome en cuenta la heterogeneidad que las caracteriza, la cuantía, el tipo y la velocidad del empleo que es capaz de generar, los grupos que lo componen el sector, las nuevas oportunidades y fuentes de microcrédito interno y externo; los requisitos para accesarlos y aprovecharlos bien; y las situaciones del entorno institucional que le afectan y que pueden ser modificadas, tan sólo con una buena voluntad política.
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