Engaño
¿De qué democracia hablan nuestros políticos?
...cada cinco años a través del sufragio le delegamos nuestra voluntad política a estos engatusadores y los hacemos nuestros representantes, no solo a ellos, también a los partidos a los que pertenecen,y entonces nos quedamos sin voz, sin voto ... volvemos a ser decepcionados durante el próximo quinquenio.
- Ariel Banqué Estrada
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- - Publicado: 23/5/2018 - 12:00 am
Cada vez que escucho a alguno de ellos enunciar sus palabrerías sin sustancia me pregunto ¿de qué democracia hablan nuestros políticos? ¿Será de la democracia disfuncional que percibo? Sí, aquella que ha sido aprehendida y secuestrada por los partidos y por una clase política cada vez más codiciosa, corrupta y desacreditada. Una democracia de políticos, que lejos de estar comprometidos a expresar la voluntad de sus electores, encarnan una actitud de hacer solo lo que les convenga de manera particular, porque han entendido que la democracia es exhibirnos que su elección es la justificación que les permite actuar, no tanto según la voluntad de quienes los elegimos, sino según la suya propia.
Diría un gran amigo ¡todo es culpa del sistema representativo! Pues, cada cinco años a través del sufragio le delegamos nuestra voluntad política a estos engatusadores y los hacemos nuestros representantes, no solo a ellos, también a los partidos a los que pertenecen, y entonces nos quedamos sin voz, sin voto y con la eterna ilusión de que en las próximas elecciones los vamos a castigar en las urnas. ¿De qué manera? Pues dándoles el voto a embaucadores distintos, y volvemos a ser decepcionados durante el próximo quinquenio.
A pesar de lo anterior, sería complicado desaparecer totalmente los actuales métodos de representación, pues la sola idea de que 4 millones de habitantes gobernemos Panamá, representaría una total confusión. En fin, la representación no es del todo mala, pero las malas acciones de nuestros representantes, en parte, deben ser corregidas por la puesta en marcha de una democracia participativa, que suponga un mayor grado de intervención del ciudadano en la toma de decisiones. Lo que no quiere decir que esta participación ciudadana se constituirá en una democracia directa, pero sí, en una forma que va más allá de la democracia representativa donde la delegación a los representantes es total.
Así, pues, para generar cambios en la sociedad requerimos conformar una ciudadanía activa, que asuma la responsabilidad de participar en consultas populares y en la exigencia de instrumentos como el refrendo, los plebiscitos sobre cuestiones políticas, la iniciativa popular para la iniciativa y veto de leyes, la tan deseada revocatoria de mandato para aquellos políticos que deshonren los cargos gubernativos, y entre tantos más, la participación en la conformación del presupuesto para decidir sobre la ejecución de las mal utilizadas partidas de los municipios.
Y mientras tanto, yo aquí en esta fría noche bebiendo una taza de avena, entre mi decepción y mi ensueño, sigo creyendo que la única manera de abatir los códigos de conducta que mantienen inmerso a nuestro país entre desigualdades y corrupción, sería el planteamiento ciudadano de una asamblea nacional constituyente, originaria, participativa e incluyente concebida por el pueblo, quien es soberano y detentador del poder público.
Abogado
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