Propuesta
¿Debemos seguir utilizando los centavos?
- Jorge E. Moreno/ opinion@epasa.com/
En los comercios se pierde mucho tiempo contando, empacando y cambiando centavos. Los bancos los aceptan contados, empacados y para ser depositados únicamente, porque no cambian los centavos por billetes ni por otras monedas. Además los comerciantes pequeños, tenderos y buhoneros no tienen máquinas de contar centavos y aunque el volumen sea poco, mejor sería no tener centavos que contar ni que empacar.
Conversando recientemente con unos turistas de Canadá, me enteré que en el año 2012 este país eliminó el uso de las monedas de un centavo y funciona de la siguiente manera: si en el total de la factura uno tiene que pagar 1 o 2 centavos, no los paga, si uno tiene que pagar 3 o 4 centavos paga 5, si se tiene que pagar 6 o 7 centavos sólo se paga 5 centavos; si uno tiene que pagar 8 o 9 centavos, paga diez pero en compensación, si uno tiene que cobrar 1 o 2 centavos no los cobra y si tiene que cobrar 3 o 4 centavos cobra 5, si tiene que cobrar 6 o 7 centavos, sólo cobra 5 y si uno tiene que cobrar 8 o 9 centavos, cobra 10. Esto se logra redondeando el total de la factura después de impuestos, no cada uno de los renglones en particular y obviamente esto es equitativo tanto con el cliente como con el comerciante y a la larga no se afecta ninguno de los dos, porque una transacción compensa a la otra, y en un gran volumen de transacciones estas se compensarán todas entre sí.
Sin embargo, esto no significa que los centavos desaparecen del todo, siguen circulando en los cheques y en las tarjetas de crédito y de débito, así como en facturas, estados de cuenta y otros documentos monetarios. Los centavos solo desaparecen en cuanto al pago y cobro en efectivo, y a pesar de lo anterior, los almacenes que en Canadá desearon seguir aceptando centavos lo pudieron hacer, pero ya casi no queda ninguno que los acepte, excepto quien lo hace para atraer a clientes nostálgicos.
Antes de Canadá, Inglaterra, Francia, Israel y España tomaron medidas parecidas y a raíz del éxito de estos países más el de Canadá se sumaron Australia, Nueva Zelandia, Dinamarca, Noruega y Suecia; y para los escépticos, Brasil eliminó la acuñación de estas monedas desde el año 2005, sin que nadie dijera que le quitaron a los pobres lo único que tenían.
A raíz de conocer esta medida, me dio por hacer una pequeña e informal encuesta y encontré opiniones interesantes. Donde he preguntado me dicen que los centavos escasean y que más falta le hacen a las grandes cadenas de supermercados, quienes tienen facilidades para contar y empacar los centavos, pero no los pequeños comerciantes. En una caja de una institución estatal me dijeron que efectivamente a veces les faltan centavos, así que el problema es generalizado y no discrimina.
En los comercios se pierde mucho tiempo contando, empacando y cambiando centavos. Los bancos los aceptan contados, empacados y para ser depositados únicamente, porque no cambian los centavos por billetes ni por otras monedas. Además los comerciantes pequeños, tenderos y buhoneros no tienen máquinas de contar centavos y aunque el volumen sea poco, mejor sería no tener centavos que contar ni que empacar.
De modo que a pesar que uno puede pensar que habrá un rechazo total (claro que al principio habrá gente en Panamá que se quejará que le están robando) en poco tiempo la gente aceptará el cambio y todos, compradores, vendedores y el Estado, saldremos ganando. Tal vez al principio y tomando en cuenta el juega vivo que se ve en Panamá, antes de entrar esto en vigencia, la gente dirá que no tiene centavos para que le den más vuelto y tal vez los comerciantes también dirán que no tienen centavos para así dar menos vuelto, pero esto será durante un corto tiempo porque ante la falta absoluta de centavos en circulación el decir que no tienen centavos será la realidad y el mercado, clientes y comerciantes no tardarán en aceptarlo, porque sea como sea que somos, somos también un pueblo moderno y al darnos cuenta de que no habrá perjuicios aceptaremos estas operaciones.
Los países que han seguido esta política han tenido resultados positivos y cada vez hubo menos rechazo porque con cada conversión hay más experiencia positiva que se conoce y se comparte, de modo que se espera suceda lo mismo en Panamá y en poco tiempo si finalmente nos decidimos a tomar esta medida.
Parte de la escasez de los centavos es porque la gente los atesora, es decir los guarda en un frasco o en una lata, lo cual crea una mayor necesidad de reemplazar estos centavos sacados de circulación, aumentando así su costo. Para incentivar a estas personas a devolver sus centavos, se puede fijar un pequeño bono asociado a la cantidad de centavos por devolver y también fijar una fecha última para aceptar la devolución de los centavos. Por otra parte acuñar y poner en circulación un centavo cuesta más que el valor de ese centavo; en Canadá y aquí en Panamá también. Encima de eso el centavo es caro y si es caro para los canadienses, (el centavo canadiense le cuesta en dólares canadienses 0.016 cada uno, también es caro para nosotros. En otras palabras, hacer mil centavos, que valen diez balboas, nos cuesta dieciséis balboas) además de tener con suerte el mismo costo de acuñación para nosotros, tenemos adicionalmente el costo del transporte, seguro y manejo de esos centavos desde Canadá hasta Panamá; lo cual nos pone a pensar que si ellos, quienes los fabrican, los eliminaron por caros, ¿no debemos hacer nosotros lo mismo, ahorrándonos lo que se ahorran los canadienses más el costo de flete y manejo desde Canadá?
Ahora, en Panamá sacamos de circulación dos monedas, el medio y el cuartillo; y para quienes no las conocieron, el medio era dos centavos y medio (B/. 0.025) y el cuartillo era un centavo y cuarto (B/. 0.0125). Dos medios o cuatro cuartillos hacían un real. Ambas monedas perdieron uso y valor, se puso cara acuñarlas y las descontinuamos. Así que si eso lo hicimos una vez y sin ningún perjuicio, lo podemos o más bien lo debemos volver a hacer.
El panameño es sensato y estoy seguro aceptará el cambio; le toca al Estado tomar la iniciativa para resolver el problema de la falta y del alto costo de los centavos en Panamá y plantear correctamente la solución. La respuesta existe, está probada con buenos resultados y solo nos queda tomar la decisión e implantarla para lograr los resultados positivos que esta medida nos puede traer.
Espero veamos esto pronto.
Economista
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