Irresponsabilidad
El pueblo no tiene qué comer y a las alimañas les sobra
A las alimañas les facilitan su alimento no recogiendo la basura, poniendo en riesgo la salud de los que tienen las defensas bajas por la alimentación deficiente que reciben.
- Bernardina Moore [email protected]
- - Publicado: 03/10/2018 - 12:00 am
El pueblo se queja diariamente de lo cara que está la canasta básica, ya cinco dólares no alcanzan para dar un desayuno más o menos nutritivo a dos chiquillos en etapa escolar.
En mi tiempo, mi mamá nos mandaba al chinito con tres dólares y una lista, y con eso le daba de comer a doce hijos con tajada y todo, lógicamente que eran otros tiempos, solo comentaba.
Ahora bien.
Los gobiernos y economistas bien saben que la canasta está muy lejos de la mesa de los más marginados y necesitados, no solo aquí y en muchos países del mundo, y específicamente aquí se empeñan en decir que la canasta ha bajado.
A las alimañas les facilitan su alimento no recogiendo la basura, poniendo en riesgo la salud de los que tienen las defensas bajas por la alimentación deficiente que reciben.
Invitamos a las autoridades que de forma sorpresiva visiten la casa de estas humildes familias a la hora de su almuerzo caminando por la calle llena de basura para palpar en carne propia con lo que tiene lidiar Juan Pueblo, que vean lo que tienen en su plato como almuerzo, porque es muy cómodo y fácil hablar soquetadas por la televisión que no tienen coherencia con la realidad que se vive.
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¿Quieren reelección?
Pónganse no en los zapatos del pueblo que están bien gastados sino en la despensa de guardar los alimentos para darse cuenta que ya no se puede poner nada ahí ya que lo que entra a la cocina va derecho a la paila no alcanza nada para meter a la despensa.
¿Quieren reelección?
Piensen primero en las necesidades del pueblo antes que en sus intereses personales que jamás se compararán con los de los que los ponen en la silla presidencial o en una curul en la Asamblea.
¿Quieren reelección?
Luchen por darle una mejor calidad de vida al electorado que confió en ustedes y los tienen comiendo menos que las alimañas, que las ratas parecen conejos de lo grande, gordas que están de comer la basura que ustedes, o los responsables, no recogen por irresponsables aunque cobran su quincena completa por no hacer bien su trabajo y tienen al pueblo protestando todos los días, fastidiando y perjudicando a terceros con sus constantes cierres de calle por la más mínima cosa.
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Pónganse las pilas que el tiempo se acorta y ya suenan los primeros cuetes del torneo electoral.
El papa Francisco pidió a los curas que caminen con las ovejas para que huelan a ellas, ustedes caminen con el pueblo para que huelan a humo y basura, cómanse de vez en cuando su sopita china con huevo y su café negro hecho en fogón y así podrán pedir votos con conocimiento de causa y no esos discursos demagógicos que ni ustedes mismos se creen.
Muchos de los políticos son reelegidos porque este pueblo es noble e ingenuo y a algunos no les importa tropezar con la misma piedra aunque se rompan la uña grande del pie.
Y los políticos lo saben y cada año les ofrecen un caramelo de otro aspecto y sabor para seguir aprovechándose y engañándoles por cinco años más.
Pero deben tener presente que el buey manso da muy malas cornadas, ojo pues al Cristo que es de plata.
Así de sencillo.
Escritora.
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