Panamá
Formarse para gestionar el futuro
Adivinación y proyección de tendencias fueron los antiguos métodos de "anticipar", el futuro.
- Gregorio Urriola Candanedo
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- - Actualizado: 19/1/2023 - 12:00 am

El futuro usualmente es asumido fatalmente, en un doble sentido: como una fatalidad sobre la que no tenemos ningún control, algo así como el desenlace de hechos inscritos inexorablemente, a la manera de las tragedias griegas clásicas. El futuro es un destino al que irrecusablemente nos encaminamos; nada podemos hacer por cambiarlo. Esto esta en la base de la creencia en la adivinación, como método "mágico" de "pre-ver" ese futuro.
Por otra parte, y con casi igual fuerza, el futuro aparece como el indefectible resultado de un pasado. Es una tendencia, sobre la cual escasamente podemos influir. Los llamados métodos determinísticos de planificación en economía y otras ciencias, basan sus previsiones en esta forma de proyectar el pasado y sus determinantes, sobre ese tiempo que vendrá.
Adivinación y proyección de tendencias fueron los antiguos métodos de "anticipar", el futuro. En el siglo XX insurgió con fuerza otra manera de entender el futuro. De manera harto sintética la formulación – que llamamos enfoque prospectivo o simplemente Prospectiva- nos dirá que "el futuro se construye", esto es, que nuestro hacer de hoy va configurando lo que vendrá. Esta idea poderosa ha ido ganando terreno en el mundo, primero en los países llamados desarrollados, especialmente del norte de Europa y del Sudeste de Asia, y se convirtió en un el modo idóneo de gestionar algunos campos claves para el desarrollo, en especial, el tecnocientífico. Las razones son sencillas y poderosas.
La Prospectiva como enfoque y conjunto de métodos de exploración de futuros, es una herramienta poderosa para la planificación en tiempos de alta complejidad e incertidumbre como el que nos toca vivir. De hecho, la Prospectiva ha regresado con fuerza al escenario internacional tanto académico como a los gabinetes de planificación, pues es el conjunto metodológico que ha demostrado su potencia para entender y seguirle la pista a los fenómenos que están a la base de la aceleración del cambio social tales como el dinamismo del cambio tecnológico, la crisis ambiental y energética y las propias variables de la globalización y la regionalización económica. Fenómenos interrelacionados y de realimentaciones variadas requieren superar el análisis cartesiano de la realidad, así como la adopción de medidas de política pública de amplio espectro, capaces de superar el economicismo y el cientificismo propios del siglo pasado. Las naciones más avanzadas han adoptado las herramientas de la prospectiva como uno de sus instrumentos de planificación indispensables, especialmente en temas clave como: vigilancia y previsión tecnológica; ordenamiento y gestión territorial, y los temas de políticas sociales.
En América Latina, luego de que la planificación estuviera fuera de los gobiernos de carácter neoliberal por la creencia ideológica en que todo lo regulan los mercados, se ha vuelto a la gestión y coordinación de políticas públicas con una visión prospectiva, y en casi todos los países se ha procurado "construir escenarios" y delinear "futuros deseables" a través del empleo de la Prospectiva. Sin embargo, en nuestra región y en nuestro país hay escaso talento humano sensible al empleo de la prospectiva como enfoque, como conocimiento cabal de su riqueza metodológica. Ello tanto por razones ideológicas (economicismo neoliberal en política económica), como carencia de estructuras formativas en las universidades. Y aún cuando se llegara a imponer la creencia en la utilidad y pertinencia de la prospectiva, se carece de conocimiento e información relevante sobre sus desarrollos, y de la pericia técnica que todo conocimiento real conlleva. Por todo ello, se hace necesario la sensibilización y profundización del conocimiento de un campo interdisciplinario básico para la gestión pública y temas cruciales de ciencia, tecnología que están delineando nuestro entorno a mediano y largo plazo.
De esta suerte, las universidades deben de apoyar los procesos de planificación a largo plazo y la planificación y gestión de las políticas públicas, especialmente en el campo económico, social y tecnológico. Aspectos tanto mas necesarios para el Panamá del siglo XXI, con sus urgencias, dilemas y retos perentorios.
En general, la Prospectiva como área de conocimiento se estructura en dos ejes principales: el Análisis Prospectivo y el Diseño Prospectivo. Dentro del Análisis se presentan los fundamentos del enfoque y su génesis desde las dos principales tradiciones del análisis, a saber, el Foresight (Previsión) de tradición anglosajona, con su predominio de la variable tecno-científica. Por otro lado, la escuela francesa o latina, con énfasis en los temas sociales y políticos y de diseño estratégico. En lo atinente al Diseño, se debe conocer la caja de herramientas de la Prospectiva, dominar algunas técnicas. En este sentido, los esfuerzos de la CEPAL y del ILPES en la región, y de SENACYT y los centros de competitividad vinculados a la APEDE, en Panamá, son casos que merecen estudiarse, replicarse y desarrollarse a nivel de los municipios o agrupaciones municipales a fin de darle sustento al ordenamiento y gestión de territorios en nuestro país. Ojalá los políticos de nuevo cuño se animaran a sentar sus planes de gobierno en tales desarrollos.
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