¿Hasta cuándo Donald?
El problema de la identidad del pueblo norteamericano se ve reflejado en el lema con matices racistas "Hagamos Estados Unidos grande nuevamente" que llevó al candidato Donald Trump a la victoria, a pesar de no gozar de una mayoría de votos, en 2016.
- Jaime Figueroa Navarro
- /
- - Publicado: 09/1/2021 - 12:00 am
Los resultados en las elecciones especiales para el Senado por el estado de Georgia el martes, donde un pastor negro y un joven judío de la edad de Cristo, ambos candidatos del partido Demócrata, matizaron la diversidad del pueblo norteamericano, elevándose con la victoria logrando así la hazaña de reubicar a su partido como el mayoritario en el Senado desde 2015.
Revierte de particular importancia este laurel en pleno corazón del sur del país, tradicionalmente racista, machista e indocto, dado los irreversibles cambios demográficos de su electorado. Añadiría adicionalmente, dotado de un cambio de actitud donde ya el hombre blanco pasa a ser parte del rebaño y no imperiosamente su pastor.
Hablando de actitud, el lunes, el gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, hijo del fundador de TD Ameritrade, anunció en conferencia de prensa que los trabajadores indocumentados en las empacadoras de carne de su estado, la mayor en Estados Unidos con 26,600 empleados, no serian vacunados contra la COVID-19.
Resulta que el 66% de los obreros son inmigrantes porque a los gringos no les gusta esa faena. Entonces, sí pueden trabajar, pagar impuestos y exponerse a la muerte, pero no ser vacunados. Amén que resulta ilógico no vacunar a la totalidad de la población por el riesgo de propagación, al señor Ricketts le cayeron a palos tanto grupos conservadores como liberales de inmigración. Esta compostura también está cambiando en un medio oeste tradicionalmente Republicano y aislado al cambio.
El problema de la identidad del pueblo norteamericano se ve reflejado en el lema con matices racistas "Hagamos Estados Unidos grande nuevamente" que llevó al candidato Donald Trump a la victoria, a pesar de no gozar de una mayoría de votos, en 2016.
Posterior a dos periodos de la "vergüenza" del gobierno de un presidente negro, que lo hizo muy bien, retomó el poder un personaje divisionista, inmaduro y egoísta que casi lleva al traste la democracia en Estados Unidos.
Rodeado de cínicos, mentirosos, inventores de teorías alternativas incubadas por voceros de Fox, durante los últimos cuatro años, el gobierno de Estados Unidos se convirtió en una telenovela gobernada por obtusos tweets de su líder, quien pareciera más interesado en jugar al golf que gobernar. Con el arrastre de una importante porción del electorado, se mantuvo airoso a pesar del proceso de destitución en el congreso.
Los resultados de las elecciones presidenciales del martes 3 de noviembre de 2020, otorgaron a Joe Biden la victoria por más de 7 millones de votos y un margen de 308 a 232 votos del colegio electoral. Antes, durante y posterior al día de las elecciones, Trump y una cuadrilla de lame botas alegaron falsamente fraudes masivos, tratando de influir en conteo en algunos estados. Tanto el procurador Barr como oficiales en cada uno de los 50 estados, no encontraron evidencias de fraudes o irregularidades en las elecciones.
VEA TAMBIÉN: Invasiones punitivas
La campaña de Trump, liderada por su abogado Rudy Giuliani, perdió más de 60 litigios por falta de evidencia de fraude. El Departamento de Seguridad de la Patria certificó el resultado de las elecciones como la más íntegras en la historia.
Aun así, el miércoles durante la sesión de conteo de los votos del colegio electoral en el Congreso, un grupo de insurrectos liderados por el Senador Rafael Cruz de Texas, siguiéndole la patraña a Trump, solicitaron una "auditoria especial" cuando la formalidad del conteo no otorga al congreso la atribución que recae en cada uno de los estados.
En la mañana se llevó a cabo en las calles de Washington la protesta "Salvemos América", con discursos del presidente Trump, su hijo y su abogado Giuliani reiterando el "robo" de las elecciones. Chiflados integrantes amotinados se tomaron a la fuerza el Congreso de Estados Unidos "por primera vez desde 1814". Vergonzoso capítulo que debiese concluir con la destitución de Trump y su prohibición de participar en futuras elecciones.
Líder empresarial.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.