Bendiciones
La oración diaria como herramienta de ayuda personal
Ahora que la nación ha tomado la decisión de que el ciudadano Laurentino 'Nito' Cortizo sea nuestro presidente electo, debemos sumirnos en la oración constante para que Dios nos ayude a mostrarnos siempre como un pueblo reconocido de tu favor y gozoso de hacer tu voluntad.
- Manning Suárez
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- - Publicado: 27/5/2019 - 12:00 am
En estos momentos de cambios sociales y políticos que vivimos en el acontecer nacional, será bueno reflexionar sobre ¿cómo podemos mantenernos cerca de la fuente de la vida y la paz que es nuestro Señor Jesús, en un mundo de cambios constantes?
Esta pregunta no es nueva para la fe, es tan milenaria como la historia del pecado original relatada en los primeros capítulos del Génesis 3.
Lo importante tal vez, es cómo mantenernos en la fe con fuerza, positivismo y alegría.
He ahí, la verdadera pregunta: ¿Cómo mantenernos fiel a nuestro llamado como hijos de Dios?
La Iglesia cristiana y universal, nos enseña que entre más nos descuidamos en nuestros votos bautismales realizados a Dios el día en que fuimos bautizados; estamos cerca de caer en situación de pecado.
Es decir, al no cumplir con amor y libertad el pacto bautismal, nos colocamos automáticamente en una posición de vulnerabilidad, de fragilidad ante la tentación de hacer lo incorrecto siendo nuestra salvación personal puesta en constante peligro.
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El "compromiso bautismal" es la clave para mantenernos en Jesús; recordemos sus palabras cuando nos dice "Yo soy la vid, y ustedes son las ramas.
El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada" (Juan 15:1-5).
No cabe duda, para ningún cristiano, que la oración es la llave por excelencia de comunicación del hombre con Dios pero también con el prójimo; es a través de esta acción sencilla del hombre, que el mismo permite un canal directo para unir ambas naturalezas en una sola y misteriosa realidad.
Cuando un hombre en lo profundo de su ser se dispone a orar con sinceridad y verdadera humildad, las puertas del cielo y de la tierra se abren de par en par para ser escuchado por lo sagrado en todas sus dimensiones.
Orar es más que simplemente comunicarse, es saber ser recipiente de lo que la otra voluntad desea decirnos.
Es un canal de dos vías.
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En nuestro caso específico, oramos a Dios para gozar de su presencia en constante adoración espiritual.
Nuestro cuerpo, mente y espíritu, se abre a la acción directa de Dios sobre nosotros; queremos ser poseídos de Dios, queremos ser todo suyo.
Pero también queremos que Dios nos guíe, nos ilumine, derrame su espíritu sobre nosotros para que lo imposible sea una verdad en nuestras vidas: La santidad que es compromiso con el kerigma de Jesús.
La oración diaria reflejada en la vida de los hombres y mujeres de la Biblia, se le puede describir de muchas maneras, desde la adoración hasta la misma agonía son descriptibles en ella, pero una cosa sí es cierta, la oración de los hombres y mujeres de la Biblia tiene un común denominador: Ven a Dios, en esa comunicación, con sumo respeto, confianza y como un amigo respetable e inseparable de sus vidas, donde la palabra divina no se cuestiona ni se pone en tela de juicio; para ellos Dios no es solamente lo santo, sino que es el único Dios verdadero a donde se puede acudir en todo momento de alegría y súplica.
Ahora que la nación ha tomado la decisión, de que el ciudadano Laurentino 'Nito' Cortizo sea nuestro presidente electo con un total del 33.35% del poder votante, debemos, todos los hombres y mujeres de esta nación, sumirnos en la oración constante para que Dios, que nos ha dado esta buena tierra por heredad, nos ayude a mostrarnos siempre como un pueblo reconocido de tu favor y gozoso de hacer tu voluntad.
Para que bendiga nuestro país con labor honorable, conocimiento íntegro y costumbres virtuosas.
Para que Dios nos invista como nación con el espíritu de sabiduría a quienes en tu nombre confiamos la autoridad del Gobierno, especialmente a Nito Cortizo y su futuro cuerpo ministerial, para que haya justicia y paz en el país y que, por medio de la obediencia a la ley de Dios y a las leyes de esta nación, manifestemos tu alabanza entre las naciones de la tierra, todo lo cual lo pedimos por este medio por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Reverendo.
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