Panamá
Lo que se ha perdido es la libertad de pensamiento
- Daniel Shama
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Hoy en día es normal ser etiquetado al asumir una posición pública ante un conflicto. Si se está a favor de derechos civiles de la población se es de izquierda.
Hoy en día es normal ser etiquetado al asumir una posición pública ante un conflicto. Si se está a favor de derechos civiles de la población se es de izquierda. Si se apoya la libertad económica se es liberal. Si se considera que los valores de la familia son importantes entonces seremos de derecha.
Al final todo se estigmatiza y quedamos enmarcados en alguna corriente cuando lo único que se busca es la formulación de interrogantes y el hallazgo de respuestas. El etiquetado nos hace perder el derecho a pensar, a preguntar, a consultar y a responder porque, apenas nos hacemos preguntas ya nos encierran en una corriente política, social o económica.
La subjetividad en el relato de los conflictos hace que tomemos partido por uno de los bandos asumiendo conclusiones y posiciones no en el fondo del asunto sino en base a quien manda la imagen más rápida e impactante picando así primero y adquiriendo ventaja en la narativa sin importar la veracidad de la historia tranmitida.
La prensa creíble e imparcial ha quedado rezagada ya que la velocidad de la noticia no da pauta alguna a detenerse a calibrar la distancia que debe existir entre el profesional y su subjetividad humana convirtiendose el reportero en parte del relato, a veces parcializado, ya que con la finalidad de no perder la batalla actual con rapidez ante la demanda activa de nueva información más que nada a nivel de las redes sociales.
Nos han obligado a dejar de pensar, de preguntar, nos acostumbrados a leer y creer sin analizar. La velocidad de la información es tal que todo lo que leo caduca con rapidez y en 24 horas ya es noticia vieja.
No nos detenemos a pensar, a entender y a razonar si es cierto, falso, exagerado o simplemente ilógico la noticia que tenemos ante nuestros ojos. Perdimos esa capacidad de pensamiento crítico y de cultura de pensamiento mas aun cuando el día de hoy la educación es sinónimo de buenas notas y papeles que adornan paredes y no de pensamiento crítico y cultura de pensamiento.
Esa es la batalla que estamos perdiendo, la de la libertad y la obligación moral de pensar, consultar y buscar respuestas antes de tomar una posición, e incluso, tomarla en consideración al etiquetado del cual vamos a terminar siendo víctimas.
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