Los diputados están en deuda
El día que el ciudadano común exija el papel real al diputado empezaremos a tener mejores representantes. Empecemos por darnos a respetar, a pedir sanción para aquel que ocupe un cargo público de elección popular con la cárcel cuando sea encontrado en actos de corrupción,
- Annette V. Rodríguez A.
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- - Publicado: 07/3/2018 - 12:00 am
El artículo 150 de la Constitución Política de la República de Panamá reza: "Los diputados actuarán en interés de la nación y representan en la Asamblea Nacional a sus respectivos partidos políticos y a los electores de su circuito electoral".
En el afán de los diputados de ser aceptados por sus electores, pierden el norte real de sus obligaciones: "Legislar", crear leyes que apoyen el beneficio del país, en pro de la democracia y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En la realidad, la iniciativa legislativa se ve empañada por un ausentismo notable en la Asamblea, leyes de interés nacional dejadas atrás y famosos "madrugonazos legislativos", en los que se le da importancia al beneficio de unos cuantos y no al electorado. Se necesita una reforma al Código Electoral, donde la principal obligación del diputado sea su presencia en la Asamblea Nacional, no hacer política en actos públicos ni viajes personales en periodos de sesión; son empleados del Estado, deben cumplir como cualquier funcionario, asistir al Pleno, tener iniciativa legislativa, sancionar, refrendar o refutar las leyes, con nacionalismo, no con proselitismo. El diputado que no asiste a su comisión o al Pleno debe ser sancionado con el descuento de días no laborados, no premiado con la reelección, basta de carreras políticas, ¿Dónde dejamos la renovación generacional?
Ni hablar del paternalismo político, donde es más importante comprar votos con una bolsa de cualquier menester que legislar por el interés comunitario, pero no todo es culpa del político que busca una curul en la Asamblea, es un problema de vieja data, donde al electorado le importa más votar por quien se acerque a su casa a regalar que por quien le presente un proyecto legislativo útil.
El día que el ciudadano común exija el papel real al diputado empezaremos a tener mejores representantes. Empecemos por darnos a respetar, a pedir sanción para aquel que ocupe un cargo público de elección popular con la cárcel cuando sea encontrado en actos de corrupción, el dinero de nuestros impuestos está quedando en sus heraldos privados, roban 10 millones, y devuelven 5, una total burla; deben ser sanciones ejemplares, no encubriendo y dejándolas pasar, esto es una gaznatada al panameño.
Apliquemos un sistema de evaluaciones de servidores públicos. Quien no cumple sus obligaciones es removido del cargo, el rol del diputado no son patrocinios ni vanagloriarse con donaciones cuando solo hizo gestiones, todo es propiedad del Estado, no utilizó dinero de su bolsillo, basta de ser engañados. Exijamos medir el rendimiento de diputados por periodos y que se cumpla la verdadera obligación del electorado, que no es pedir canastas de comida. Cabe perfectamente el dicho "pan para hoy, hambre para mañana", no nos quejemos del paternalismo político cuando lo pedimos a gritos.
El castigo o premio para cada político es el voto, por ende, cada pueblo termina teniendo los que se merece.
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