Sobre el aumento de los delitos sexuales
Resulta difícil comprender, sobre todo para los que somos cristianos, la posición de la Iglesia tomando en consideración que el papa Francisco ha sido tan vanguardista. Los pensamientos, políticas y normas deben evolucionar conforme la sociedad lo hace.
- Roberto Ogg Fábrega
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- - Publicado: 20/3/2018 - 12:00 am
Han florecido en los últimos meses muchos testimonios de personas que han sido víctimas de delitos sexuales. Desde famosos de edad avanzada hasta niños que comienzan una vida en capullo. Lo que despierta (o debe hacerlo) una preocupación por parte de los distintos sectores de la sociedad y nos lleva a cuestionarnos: ¿qué estamos haciendo los panameños como sociedad, a fin de disminuir la comisión de estos delitos?
Hace varios meses se propuso la Ley de Educación Sexual que tenía como fin el de implementar una educación en sexualidad dentro del pénsum académico, de manera que los niños desde pequeños reconocieran su anatomía como hombre o mujer y a su vez, entendieran las interacciones con los demás seres humanos.
Se abrió el debate, y en el ínterin surgieron distintas campañas de desinformación en las que se manifestaba que en otros países la implementación de una ley de educación sexual había dado pie a la inmersión de la ideología de género en el pénsum, promoviendo abiertamente la homosexualidad en los niños y niñas. Sin embargo, el proyecto de ley ensayado en nuestro país no contenía más que unos escasos artículos en los que se reconocía la situación de Panamá en cuanto al aumento de delitos sexuales en menores de edad, embarazos no deseados… y a su vez, implementaba la educación sexual en los colegios. ¿Por qué presumimos que se impartirían clases de homosexualidad? No tengo esa respuesta, pero sí puedo decir que la desinformación ha afectado y sigue afectando a nuestros niños.
Resulta difícil comprender, sobre todo para los que somos cristianos, la posición de la Iglesia tomando en consideración que el papa Francisco ha sido tan vanguardista. Los pensamientos, políticas y normas deben evolucionar conforme la sociedad lo hace.
Con esto no quiero sugerir que cada uno debe cambiar su ideología, sino que, con mucha tolerancia se encuentren dispuestos a escuchar distintas opiniones, siempre tomando en consideración el cambio constante de la sociedad y reconociendo que no todos pensamos igual, pero debemos convivir en sociedad. Puedo comprender que cada uno defienda su posición y creencia, pero resulta injusto imponer un pensamiento sobre personas que no profesan lo mismo.
Así como no podemos hablarles a niños del 2018 sobre beepers, troncales, directorios telefónicos u otras herramientas que han quedado en el pasado, no podemos negarles el derecho a conocerse como seres humanos que, así como tienen sistema respiratorio, digestivo, cardiovascular, también tienen el reproductivo. Los niños cada día tienen más acceso a la tecnología y la información y depende de nosotros si la utilizan para bien o para mal. Las organizaciones religiosas, como miembros de esta sociedad panameña, deben reunirse con los otros sectores y el Meduca, a fin de acordar el material que se impartirá en el aula. Negando la problemática y mirando a otro lado solamente empeora cada día la situación.
Combatir la comisión de los delitos sexuales es un trabajo delicado y requiere no solo de la participación de las autoridades públicas, sino de todos aquellos que nos sintamos preocupados por el presente y futuro de nuestros niños. La prevención es el mejor método para evitar la comisión de delitos de esta naturaleza y comienza con la educación. Retomemos el debate con madurez y tolerancia de manera que mediante el consenso, todos lleguemos a beneficiarnos.
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