Civismo
Sobre la importancia de la conciencia para los cambios
Los partidos políticos, la sociedad civil y los movimientos sociales y populares, deben enfocarse en el tema de la conciencia, en sus formaciones de liderazgo y escuelas de cuadro; de lo contrario, sus propuestas carecen de ese contenido material necesario
- Abdiel Rodríguez Reyes
- /
- [email protected]
- /
- - Publicado: 18/6/2018 - 12:00 am
Muy pocas veces, incluso en los sectores alternativos, se discuten los temas de fondo. Entre ellos, el de la conciencia. El premio Nobel de literatura José Saramago señaló de manera contundente: "La alternativa al neoliberalismo se llama conciencia", la conciencia se tiene que formar al calor de la reflexión, el debate y la introspección; para así encarar al pensamiento único-sistémico. Sin conciencia, somos como ovejas. Otro grande, José Luis Sampedro, decía: "Nos educan para no pensar". Si no tenemos conciencia, si no pensamos por nuestra cuenta como la ilustración kantiana, somos una legión de tontos.
Sin conciencia no hay cambios, y menos revolucionarios. Si se hacen, sin conciencia de ellos, se desvanecerían en el aire por la falta de contenido material. Los partidos políticos, la sociedad civil y los movimientos sociales y populares, deben enfocarse en el tema de la conciencia, en sus formaciones de liderazgo y escuelas de cuadro; de lo contrario, sus propuestas carecen de ese contenido material necesario. Es un arduo trabajo que trasciende el cortoplacismo habitual de la cultura política criolla. En el contexto de las próximas elecciones generales, es necesario saber si los precandidatos son enanos o se subirán sobre hombros de gigantes para ver más allá de sus propias narices, de pensar en términos estatales y no en su peculio.
La actual crisis política que atraviesa el país amerita revisar esto con lupa para no irnos a pique (más de lo que estamos). Para que se den los cambios, al menos en donde se exigen con urgencia, como en la educación, el sistema de partidos, e incluso, una nueva Constitución, se necesitan los cuadros políticos, profesionales formados con principios éticos y con la capacidad para resolver los problemas y gerenciar el gobierno de forma sostenible. La buena voluntad, el amiguismo y la improvisación no sirven; para gobernar se necesita voluntad, meritocracia y capacidad técnica.
En términos generales, el sistema educativo público debe estar enfocado en brindar una educación que empodere a la ciudadanía con conciencia crítica. Eso se logra con formación (Bildung). Ya se acercan las elecciones y todos están enfocados en aquella vacuidad de que el fin es ganar. En una discusión de fondo, lo interesante sería que las elecciones fueran un medio para alcanzar un fin: la conciencia crítica, el bienestar general y el conocimiento para encarar los retos de nuestro tiempo.
Profesor e investigador en la Universidad de Panamá.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.