Panamá
¿Turismo en Panamá?
Siendo Estados Unidos nuestra mayor fuente de visitantes, resultado del aumento en la demanda, las aerolíneas han decidido aumentar al libre albedrío los costos
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Actualizado: 27/2/2023 - 12:00 am
Las fórmulas del turismo istmeño asemejan el estado de las calles capitalinas. Tapa un hueco aquí, reconstruye la avenida Cuba causando un meollo al sufrido conductor, para que al arribo de la época lluviosa nuevamente se deteriore por la selección de pobrisimos materiales, reiniciando nuevamente el proceso, las coimas y el malestar general.
Iniciemos con la pandemia del COVID-19. Fantástica excusa para el lavado de manos, inculpando el ya erosionado cancer en la actividad por los pésimos resultados. En lugar de aprovechar el paréntesis para la planificación de proyectos y las mejoras del inventario turístico nos encontramos con una cinta costera falta de mantenimiento, un puerto de cruceros donde símil al puente Centenario, se nos olvida las construcción del las vías de acceso, un aeropuerto de Tocumen expandido, aún sin descifrar su logística y un centro de visitantes del Canal de Panamá en Miraflores en remodelación durante la época pico.
Aquello, entre otros escollos. Siendo Estados Unidos nuestra mayor fuente de visitantes, resultado del aumento en la demanda, las aerolíneas han decidido aumentar al libre albedrío los costos de pasajes aéreos. Utilizando Miami como un ejemplo por su cercanía a Panamá el costo de los billetes ha casi triplicado año a año, resultando el traslado en un vuelo de dos horas y media casi tan oneroso como un pasaje a Europa en un desplazamiento de 10 horas. Ello resultado de un cuasi monopolio en la ruta controlado por American Airlines y Copa.
Al momento de escoger su destino de vacaciones, a un residente del sur del estado de Florida le resulta más atractivo el desplazamiento a Cancún o la República Dominicana, descartando Panamá, no solamente por el costo del traslado sino también por la ausencia de paquetes todo incluido que puedan competir en calidad con sus homólogos aztecas o quisqueyanos, al igual que sitios de recreo de la altura de Xel-Ha u X-Caret donde el turista puede disfrutar de múltiples actividades durante varios días.
El enfoque o la excusa aquí ha sido la publicidad, o la ausencia de ella, para dar el sitio y sus ventajas, a conocer. Posterior a muchos años de diálogo parece que ya, febrilmente, estamos invirtiendo en este rubro. Lo que se nos olvidó fue una estrategia puntual para diferenciar el destino de otros. Más importante aún la planificación de sitios turísticos existentes y por plasmar.
El caso puntual del Casco Antiguo es patético. Supuestamente reconstruido, aún encontramos casi un tercio de sus inmuebles en ruinas y otros sin cumplir con la planificación arquitectonica del sitio. Al atracar uno, o ni Dios lo permita, dos cruceros en el muelle de Amador, el caos reina en el area y su perímetro causando tranques que se extienden hasta la altura de la estatua de Balboa en pleno corazón de la cinta costera.
Si usted se traslada a sitios turísticos comparables en la región, como ejemplos Antigua en Guatemala, Cartagena de Indias en Colombia o el Viejo San Juan en Puerto Rico, se hace evidente el fluido tráfico y la dotación del entorno con enfoque puramente turístico.
Aquí seguimos en el Casco con un ejército de funcionarios trasladando papelitos entre despachos gubernamentales, acaparando las limitadas plazas de estacionamiento, creando un caos logístico en un área que debe ser exclusivamente para la explotación de la industria sin chimeneas. ¿Qué espera el gobierno para movilizar sus huestes a una ciudad gubernamental bien aislada a entornos turísticos?
Entonces, si deseamos multiplicar el flujo de visitantes a Panamá, escudriñemos todas estas aristas tercermundistas que limitan su desempeño. Ello exige una vocación inexistente de estado y la erradicación de la permanente presencia de basura por doquier. Al consultar con un turista su vivencia istmeña, inicia con una sensación de sorpresa al divisar el entorno de rascacielos a través de la ventanilla del avión anterior a su aterrizaje y termina con el comentario que lastimosamente vivimos dentro de un basurero con un caos organizado de tránsito y un laissez faire donde cada quien hace lo que a bien le entre en ganas, siendo el visitante victima de pillajes a diestra y siniestra.¡Que pena Panamá!
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