Historias
Vi la gran mendicidad
... cada instante mueren miles y miles de personas, sobre todo niños, de hambre en el mundo y no es porque no compartamos una cena de Navidad, sino porque nos hemos vuelto indiferentes a la necesidad más básica de nuestros hermanos,
- Bernardina Moore [email protected]
- - Publicado: 29/12/2018 - 12:00 am
Cada vez me admiro más de este fenómeno.
Esto sí está complicado, porque una cosa es ver una imagen que se congele y se grave en mi mente, al ver de repente una enorme valla puesta en un lugar muy elevado con un mensaje escrito con enormes palabras que dice: “Vi la gran mendicidad”, y ahí queda congelado frente a mí, en momentos en que estaba tomando una pequeña siesta.
La verdad que no entendí.
No quise darle importancia porque se trataba de una frase, pero se acercaba y alejaba para llamar mi atención y me veía chiquitita ante semejante valla como propaganda comercial o de políticos, y al abrir los ojos, estaba grabadita en mi mente como un clisé. ¡Por Dios!, me dije.
En fin, alguna inspiración me vendrá, a pesar de estar con alergia por tanto calor y olor a pino en el ambiente, eso me alborota la sinusitis (árboles de Navidad), elevé mi corazón a Dios pidiendo su apoyo y con gusto les comparto lo que la imaginación me ofreció.
Era época de Navidad, como ahora y debe ser siempre, porque mientras un cristiano acoge a Cristo en su corazón, es Navidad.
Y a pesar de haber mucho lujo y derroche de banquetes familiares, donde mucha comida se babosea y se tira a los perros, y se pagan altos gastos de consumo de luz por el exceso de iluminación en las casas y por el lujo en el vestir, es imposible ver la gran mendicidad que nos rodea, no se trata de que esa noche unos coman más y otros menos, se trata de una situación que como una epidemia se extiende a todo lo largo y ancho del planeta.
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Todos los días a cada instante mueren miles y miles de personas, sobre todo niños, de hambre en el mundo y no es porque no compartamos una cena de Navidad, sino porque nos hemos vuelto indiferentes a la necesidad más básica de nuestros hermanos, como es llevarse a la boca un pedazo de pan diario y una bebida caliente como mínimo, para abrigarse el estómago.
Hemos creado en el mundo la cultura de la gran mendicidad, donde la gran mayoría de la población mundial se ha convertido en mendigos eternos, porque no tienen la más remota esperanza de que alguien se compadezca de su infortunio y se solidarice con su causa.
En el mundo hay suficientes alimentos para saciar a cinco y uno más, pero, mientras que a muchos no les cabe en el morral lo que llevan, otros lo cargan vacío, y eso aumenta la gran mendicidad como dice el gran letrero que vi, y estoy intentando comprender por qué lo vi.
La gran mendicidad es consecuencia en parte de la doble moral de los gobernantes de la gran mayoría de las naciones que han propiciado con su corrupción y guerras sin juicio ni beneficio, una gran hambruna mundial al embolsarse los bienes comunes para satisfacer sus intereses particulares convirtiendo a sus gobernados en mendigos, que no hacen otra cosa que estirar las manos reclamando lo que le han robado, así de sencillo.
Es inaceptable que con tanto adelanto tecnológico no se haya dado con la forma de erradicar el hambre del planeta, la humanidad se ocupa más del mundo animal (no es malo), pero mientras pagan grandes sumas de dinero por el cuidado y la alimentación de su mascota, la mendicidad del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, aumenta como una bofetada a la misericordia divina, ¡qué triste y lamentable situación que se acuesten con el estómago vacío!
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¿Cómo explicamos o comprendemos esto?
Cuando nosotros nos llevamos un trozo de pan a la boca, somos responsables moralmente de evitar que aumente la mendicidad a nuestro alrededor, si la tecnología nos facilitara la forma de ver la gran pobreza del mundo, de seguro lo pensaríamos dos veces antes de robarle a un pobre lo que por derecho le corresponde, es cierto que no tenemos una varita mágica para resolver un problema tan grande y complejo, pero sí podemos suplicar al que multiplicó unos cuantos panes y peces y dar de comer a una gran multitud cuál es el método y secreto para combatir la gran mendicidad que contagia a millones en el mundo.
Eso fue lo que vi en una inspiración panorámica después de meditar profundamente.
Escritora.
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