Ruta del crimen nuevas trochas
- Antonio Pérez M. ([email protected])
El paso fronterizo que separa a Costa Rica de Panamá se ha convertido en el sitio ideal para que células de los carteles mexicanos y de la narcoguerrilla de las Farc cierren sus “negocios” o transacciones de armas por droga.
Noticias Relacionadas
El paso fronterizo que separa a Costa Rica de Panamá se ha convertido en el sitio ideal para que células de los carteles mexicanos y de la narcoguerrilla de las Farc cierren sus “negocios” o transacciones de armas por droga.
- 7 organizaciones conforman esta red criminal.
- 36,000 es la cantidad de dinero ilegal que intentaron introducir estos grupos por Paso Canoas.
- 20 reuniones realizaron los grupos en Paso Canoas para coordinar las operaciones delictivas.
- 6 meses es el tiempo que tomó la elaboración de este informe de inteligencia.
Retenes móviles, medida contra bandas criminales
- El comisionado Feliciano Benítez asegura que el Senafront aplica un sistema de vigilancia conocido como retenes móviles para poder cubrir las entradas que hay en Paso Canoas. Indicó que esta labor de vigilancia se realiza de manera paralela con las unidades policiales de Costa Rica, donde se ha logrado detener a personas con droga, ilegales y con dinero que se presume sea producto de las actividades criminales. El comisionado Benítez indicó que otra de las acciones es lograr acuerdos con los comerciantes para que en horas de la noche cierren las vías de acceso a sus negocios para que las autoridades tengan mayor oportunidad de vigilancia en las áreas públicas.
‘El Pana’ es integrante de esa red criminal
- La inteligencia colombiana permitió detectar que la representación de las Farc está a cargo de José Luis Valencia Mosquera, conocido con el alias de “El Pana”. Según el informe de inteligencia, “El Pana” dejó el Frente 57 para irse hacia otros frentes cercanos al Ecuador para realizar conexiones con grupos armados de Perú. La información se obtiene de declaraciones de los mismos integrantes de las redes criminales de Centroamérica, que destacan que el contacto es un panameño. El informe de inteligencia revela que los integrantes de la red solo se conocen con los apellidos Orosco, Chavarría, Espinoza, Guerra y a un abogado de apellido Gutiérrez.
El paso fronterizo que separa a Costa Rica de Panamá se ha convertido en el sitio ideal para que células de los carteles mexicanos y de la narcoguerrilla de las Farc cierren sus “negocios” o transacciones de armas por droga.
La información se desprende de un informe de inteligencia elaborado por los estamentos de seguridad colombianos.
De acuerdo con el informe, en esta parte del país operan al menos siete grupos criminales integrados por panameños, mexicanos, colombianos, nicaragüenses y guatemaltecos.
La labor investigativa de los expertos colombianos va más allá de las fronteras de su país; la información es que estos grupos podrían tener relaciones criminales con la organización terrorista Sendero Luminoso del Perú, a la cual podrían estar intercambiándole armas por droga.
La nueva ruta
Los datos recabados indican que Paso Canoas es ahora el punto de entrada del tráfico ilegal desde el norte y el sur de América, en reemplazo de la zona fronteriza de Darién, donde existe una férrea vigilancia del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y de la Policía de Colombia.
Los investigadores en su informe explican que los grupos criminales, luego de que entran a Panamá por Paso Canoas, buscan como siguiente ruta las costas panameñas para el trasiego ilegal con destino a Colombia y seguir hacia otros países del sur de América.
Ellos, según los agentes colombianos, han constituido una extensa red que atraviesa Ecuador, Venezuela y llega a Perú.
Coordinación
Los contactos de las Farc en estas naciones llegan a Panamá una vez cada 30 días para reunirse y cerrar transacciones.
Dicho informe, que fue elaborado por una investigación de inteligencia que se desarrolló por espacio de seis meses, destaca que estos grupos criminales han tomado el sector fronterizo de Paso Canoas como centro de operaciones desde donde se realizan las reuniones de coordinación para sus actividades ilícitas.
Según la inteligencia colombiana, para ser exactos, estas organizaciones criminales se han reunido al menos 20 veces en diferentes puntos de Paso Canoas.
Otro de los datos obtenidos por el informe revela que los encuentros de estas personas se efectúan también en la provincia de Coclé, donde han comprado fincas para ocultarse bajo la fachada de ganaderos y agricultores. Las reuniones las realizan en algunos hoteles del área, donde gastan grandes sumas de dinero en fiestas, también en los casinos y en galleras.
Para ocultar la droga y las armas, alquilan los depósitos que están a lo largo de la vía Tocumen en la ciudad de Panamá y rentan casas en diferentes puntos de Panamá Oeste para almacenar la sustancia y el armamento. Contratan los servicios de abogados para crear sociedades o compañías para no despertar sospechas por parte de las autoridades.
Estas sociedades también permiten que se realice el blanqueo de dinero que introducen ilegalmente por Panamá.
Una muestra fue el reciente decomiso de 36,000 dólares que estaban en poder una joven de nacionalidad tica.
Al ser interrogada reveló que tenían como contacto a un ciudadano panameño, sobre quien pesa una orden de captura y quien aprovechó la vulnerabilidad de la frontera para escapar hacia Costa Rica.
Esto demuestra lo que revela el informe, el cual destaca que estos grupos también mueven dinero por esta zona fronteriza, pero en pequeñas cantidades que son entregadas a contactos panameños para ser blanqueadas en pequeñas empresas.
También valora la tesis del fiscal primero de drogas, Javier Caraballo, quien destaca que las organizaciones criminales ahora movilizan menos cantidades de drogas y dinero, pero en mayor cantidad de viajes; eso es con la intención de despistar a las autoridades.
Así como se hace con los mochileros, que mueven drogas en la frontera colombo-panameña, en Paso Canoas están utilizando mochileros para la entrada ilegal de dinero.
Los investigadores han precisado que estos narcotraficantes no solo tienen que evadir los tentáculos de los agentes policiales de Panamá y de Costa Rica, sino a los conocidos tumbadores que operan en el área este, oeste, Coclé, Veraguas y en Paso Canoas.
También han determinado que estos grupos, para mover sus drogas y armas, cuentan con los servicios de mecánicos que les ayudan a confeccionar los dobles fondos en los carros de uso familiar y aprovechan aquellos vehículos que traen compartimientos especiales de fábrica.
En Panamá
Las autoridades panameñas reaccionaron ante este informe colombiano. En ese sentido, Frank Ábrego, del Senafront, y el fiscal contra la delincuencia organizada, Roberto Moreno, aseguran no tener conocimiento de los detalles de dicha investigación.
Sin embargo, no descartan que estas situaciones se puedan estar dando en esa zona fronteriza debido a que se trata de un área muy abierta donde hay una movida actividad comercial.
El fiscal Moreno explica que el crimen no para, “donde a ellos se les cierra una puerta, ellos buscan otra opción”, agregó.
Dijo que en su experiencia ha notado que en Costa Rica hay organizaciones criminales que tienen contactos con las pandillas criollas que están en Panamá, no obstante, es de la idea de que no se ha encontrado que estos tentáculos criminales formen parte de la red a la que hace alusión el informe de inteligencia colombiano.
El jefe del Batallón Occidental del Senafront, comisionado Feliciano Benítez, quien tiene la responsabilidad de compartir las labores de vigilancia con la Policía de Costa Rica en la frontera de Paso Canoas, reconoce que existe la posibilidad de que este hecho se pueda estar dando por ciertas situaciones novedosas que han notado las unidades en su labor diaria de vigilancia.
Indicó que entre los constantes intercambios de información con las autoridades de seguridad de Costa Rica, estas señalan un aumento en el consumo de marihuana, lo que pudiera ser aprovechado por los grupos criminales para mover esa droga desde Colombia.
Benítez dijo que son muchas las entradas que existen en Paso Canoas, lo que la hace una frontera abierta, por lo tanto se convierte en un área vulnerable para los grupos criminales.
“Desde la historia, los agricultores han formado trochas para mover sus productos, lo que es aprovechado por los grupos criminales para entrar por esos puntos”, destacó el comisionado Benítez.
Aparentemente, existen unas 180 entradas ilegales de tipo trocha a lo largo de la frontera entre Panamá y Costa Rica.
También están los comerciantes, quienes necesitan que haya acceso por auto de clientes de ambos países, lo que también contribuye a que sea una frontera abierta.
Existe igualmente una norma migratoria especial para quienes viven a 500 metros de ambos sectores de la frontera; a ellos solo se les pide un salvoconducto para pasar de un lado a otro.
Implicaciones
Hay una estela de dudas sobre la existencia de actos de corrupción en los que funcionarios aduaneros y de vigilancia de ambos lados de la frontera de Panamá y Costa Rica pudieran estar implicados. Durante el tiempo de investigación, los agentes colombianos han logrado determinar que estas organizaciones criminales tienen conexiones con personas influyentes.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.