Antonieta, una abuela especial
Estaba impactada, asustada, con la boca abierta, irritada algunas veces. Ansiosa por conocerlo todo, tener tantas gratas experiencias que nunca imaginó, viajar... amar... vivir.
- Rosalina Orocú Mojica
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- - Publicado: 22/9/2018 - 12:00 am
Eternos insatisfechos. Así somos los humanos. Queremos lo que no tenemos y muchísimas veces no valoramos lo que tenemos. Antonieta, en "¡Qué ganas las de mi abuela!", no escapa a esta regla. Lo que es más, a veces se pasa de la raya.
Vaya si tiene que armarse de paciencia su nieta. Una nieta que primero la critica, (eso es recíproco, es lo que se conoce como brecha generacional) y luego es la primera en andar azuzándola. Después no se queje.
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Como si fueran de planetas distintos, estas dos mujeres, que como féminas comparten mucho, están distanciadas en el tiempo y el espacio. Por el poder del teatro, lo que en la vida real parece imposible sucede. Así es el teatro, en un abrir y cerrar de ojos, solo porque el libretista así lo dispuso, puede facilitarlo todo. Algunas veces, otras lo complica con esas obras sin pie ni cabeza donde hay que estar bien atentos para no volverse loco con tanto enredo y contradicción en la trama o conducta de los personajes.
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Con diseño de escenografía de Rafael Navarro, diseño de luces y sonido por Eric Gómez, vestuario por el Vestidor de Vortice, luces y sonido por Slayder Rivas, y dirección y producción de Daniel Gómez Nates.
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Volviendo a Antonieta, vaya si se las sabe todas. Y, seguramente las damiselas de antaño que vayan a ver esta obra podrán dar fe de que ni pizca de exageración hay en la puesta en escena de teatro El Ángel, porque la pieza artística pinta con detalle cómo eran esos tiempos en que el espacio de la mujer eran las cuatro paredes del hogar, no tenía voz ni voto y pobre de ella, mejor no se atreviera a disentir cuando se le ordenara (su padre, hermano o marido) algo. Debía limitarse a obedecer.
¿Mejor o peor? ¡Usted dirá¡ Dos épocas como caras de la misma moneda: la vida.
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27/8/2018 - 09:10 pm
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