variedades
Etiqueta: todo es cuestión de costumbres
Penny de Henríquez - Publicado:
En todas las poblaciones y regímenes antiguos podemos notar que utilizaban en sus actos estrictas normas de ceremonial y etiqueta.Y hablando de la etiqueta internacional, vemos que Francia es conocida por su fama de tener "modales refinados", aunque en verdad, esto queda más en la teoría que en la práctica.La "cortesía" de los franceses se manifiesta en sus largos apretones de manos y en los besos en las mejillas.Ellos, a diferencia de los ingleses y los alemanes, bastante más fríos y distantes, son tan cariñosos como los latinos.La "etiqueta francesa", con su correcto ceremonial inquebrantable a lo largo de tres siglos, ha hecho que prevalezcan en la sociedad los buenos modales, y hoy día, aunque las costumbres evolucionan con gran rapidez, todos agradecen una palabra amable, un gesto de cortesía, y a las señoras, desde la que atiende en el supermercado hasta la del rango más elevado, les gusta que se les trate de "Madame".Habitualmente todo el mundo es tratado como Madame, Monsieur o Mademoiselle, (Señora, señor, señorita), seguido luego del nombre correspondiente.El pueblo francés es muy ingenioso y ese ingenio se destaca en sus conversaciones sagaces.Son muy considerados y aprecian mucho los placeres de la buena mesa, teniendo una de las mejores cocinas del mundo.Sus modales en la mesa son bastantes universales, pero no se extrañe si los ve amarrarse la servilleta en el cuello, agarrar un hueso con la mano o mojar el pan en la salsa; disfrutan mucho de la buena comida.En un restaurante, le traerán la cuenta sin haberla pedido: es una costumbre poner la cuenta en la mesa tan pronto se termina de comer.A los niños, cuando van al colegio, se les trata de Usted.No debe dirigirse a una persona que no le ha sido presentada.Las presentaciones son como en el resto de países.Las palabras que dicen en una presentación son: Je suis très o très honoré.Si le presentan una dama, dirán "Mes hommages, Madame.Los franceses son muy considerados y cuidadosos al manejar.No acostumbran utilizar la bocina ni las luces altas.Y si no conoce las costumbres, no se preocupe demasiado: como en todas partes, una buena sonrisa lo sacará siempre de cualquier apuro.