Bienestar
Ideas erróneas sobre la disminución del consumo de sal
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere reducir la ingesta de alimentos elaborados y reducir la cantidad de sal que se agrega a los alimentos durante su cocción.
- Belys Toribio
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- - Publicado: 29/7/2020 - 12:00 am
El consumo elevado de sal, principal fuente de sodio, está asociado a la hipertensión y a un mayor riesgo de padecer cadiopatías o accidentes cerebrovasculares.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere reducir la ingesta de alimentos elaborados y reducir la cantidad de sal que se agrega a los alimentos durante su cocción.
En el caso de los adultos, el organismo internacional recomienda el consumo de menos de 5 gramos de sal por día y en el caso de los niños de entre 2 a 15 años, se aconseja ajustar a la baja la ingesta máxima sugerida para los adultos.
Sin embargo, existen ideas erróneas que giran entorno a la reducción del consumo de sal. Entre ellas destaca que solo las personas mayores deben preocuparse por el consumo de sal. La OMS advierte que el consumo elevado aumenta la tensión arterial y puede ocurrir a cualquiera edad.
Los alimentos sin sal no tienen sabor, lo cual puede que sea cierto en un principio, pero las papilas gustativas se van adaptando a la disminución de la sal.
"La sal marina es mejor que la refina por el simple hecho de ser natural", tal idea resulta ser falsa ya cualquiera que sea el origen de la sal, es el sodio el que causa los problemas de salud.
Otra idea errónea que se tiene es "los alimentos ricos en sal tienen un gusto salado", en este caso algunos alimentos ricos en sal parecen no tan salados ya que se le añade otros ingredientes, como azúcar para disminuir el sabor.
Los Estados miembros de la OMS han acordado reducir en un 30% el consumo de sal de la población de aquí hasta el 2025.
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Según estimaciones de la OMS cada año se podrán evitar 2.5 millones de defunciones si el consumo sal se reduce al nivel recomendado.
Actualmente, el consumo ronda entre 9 y 12 gramos por día, es decir dos veces la ingesta recomendada.
No obstante, el consumo de sal en la alimentación dependen del marco cultural y los hábitos alimenticios de una población. Por ello, los Estados están comprometidos en promover políticas públicas encaminadas a la reducción del consumo de sal.
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