Males del corazón no son exclusivos de los hombres
- - Publicado: 21/11/2000 - 12:00 am
Las mujeres conquistan cada vez más terrenos que en el pasado estaban reservados a los hombres, entre ellos algunos a los que quisieran renunciar con gusto, como el aumento de las muertes por infarto cardíaco.
Los datos están acabando con la antigua creencia de que las enfermedades circulatorias y del corazón son exclusivas de los hombres.
Según la revista austriaca "Medicina Popular", los infartos causan la muerte al 41 por ciento de las mujeres que los padecen, frente al 36 por ciento de los varones.
Si bien es cierto que las mujeres corren en general menos peligro de sufrir un infarto cardíaco, las pacientes menores de 50 años mueren por este motivo con la doble frecuencia que los hombres de la misma edad, afirma la publicación mensual en base a un reciente estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Las mujeres tardan en cobrar conciencia del riesgo que corren, por lo que no toman medidas preventivas. Suelen tener miedo a morir de cáncer de pecho pero, mientras tan sólo una entre veinte fallece por esta enfermedad, la proporción aumenta a una entre dos en el caso de las enfermedades coronarias, según los especialistas.
Ello se debe también a que, en las mujeres, a menudo no se presentan los síntomas más característicos de un infarto agudo: el dolor fulgurante y la sensación de estrechez en el pecho, y lo que notan suelen ser problemas de la respiración.
Además, como no cuentan con la posibilidad de sufrir un infarto, no suelen toman en serio los síntomas y, si llegan a pedir ayuda, lo hacen más tarde que los hombres, a veces demasiado tarde, según los expertos.
Tan sólo un doce por ciento de las mujeres afectadas por un infarto son atendidas por el médico en el margen de una hora después de haberlo sufrido, indica Othmar Pachinger, jefe de la clínica cardiológica de la Universidad de Innsbruck.
Según Pachinger, más de dos tercios de los pacientes acogidos en unidades de cuidados intensivos después de un infarto son hombres, pero las terapias para disolver los coágulos de sangre son eficaces en tres cuartos de esos pacientes, frente a la cuarta parte de las mujeres.
Además, un 28 por ciento de las mujeres que han sufrido un infarto muere inmediatamente después, frente al 18 por ciento de los hombres, y el 87 por ciento de los varones se benefician de medidas de rehabilitación, mientras que en las mujeres el porcentaje es sólo de un 13 por ciento.
También crecen, en las mujeres mayores de 50 años, las condiciones previas negativas: el 30 por ciento padece sobrepeso, el 60 por ciento tiene las concentraciones del colesterol en la sangre demasiado altas, y más de la mitad de las mayores de 45 años tienen la presión alta.
Al mismo tiempo, la cuota de las mujeres que dejan de fumar es más baja que la de los hombres, de modo que entre los jóvenes hay más fumadoras que muchachos fumadores.
Por otro lado, muchas mujeres tienden a buscar el equilibrio psíquico y el relajamiento en la comida o en el tabaco, en vez de recurrir al movimiento, que sería lo aconsejable, afirman los médicos.
Las que tienen que cuidar niños o personas mayores en la familia se olvidan de que necesitan fases de recreo, y otras sufren depresiones o estados de angustia continua sin buscar ayuda.
Los médicos hacen sonar las campanas de alerta para aquellas mujeres que continuamente se hallan bajo estrés, fuman y beben más de medio litro de bebidas alcohólicas al día, les gusta la comida copiosa y pesada y que no han pasado por un control médico desde hace años.
Los datos están acabando con la antigua creencia de que las enfermedades circulatorias y del corazón son exclusivas de los hombres.
Según la revista austriaca "Medicina Popular", los infartos causan la muerte al 41 por ciento de las mujeres que los padecen, frente al 36 por ciento de los varones.
Si bien es cierto que las mujeres corren en general menos peligro de sufrir un infarto cardíaco, las pacientes menores de 50 años mueren por este motivo con la doble frecuencia que los hombres de la misma edad, afirma la publicación mensual en base a un reciente estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Las mujeres tardan en cobrar conciencia del riesgo que corren, por lo que no toman medidas preventivas. Suelen tener miedo a morir de cáncer de pecho pero, mientras tan sólo una entre veinte fallece por esta enfermedad, la proporción aumenta a una entre dos en el caso de las enfermedades coronarias, según los especialistas.
Ello se debe también a que, en las mujeres, a menudo no se presentan los síntomas más característicos de un infarto agudo: el dolor fulgurante y la sensación de estrechez en el pecho, y lo que notan suelen ser problemas de la respiración.
Además, como no cuentan con la posibilidad de sufrir un infarto, no suelen toman en serio los síntomas y, si llegan a pedir ayuda, lo hacen más tarde que los hombres, a veces demasiado tarde, según los expertos.
Tan sólo un doce por ciento de las mujeres afectadas por un infarto son atendidas por el médico en el margen de una hora después de haberlo sufrido, indica Othmar Pachinger, jefe de la clínica cardiológica de la Universidad de Innsbruck.
Según Pachinger, más de dos tercios de los pacientes acogidos en unidades de cuidados intensivos después de un infarto son hombres, pero las terapias para disolver los coágulos de sangre son eficaces en tres cuartos de esos pacientes, frente a la cuarta parte de las mujeres.
Además, un 28 por ciento de las mujeres que han sufrido un infarto muere inmediatamente después, frente al 18 por ciento de los hombres, y el 87 por ciento de los varones se benefician de medidas de rehabilitación, mientras que en las mujeres el porcentaje es sólo de un 13 por ciento.
También crecen, en las mujeres mayores de 50 años, las condiciones previas negativas: el 30 por ciento padece sobrepeso, el 60 por ciento tiene las concentraciones del colesterol en la sangre demasiado altas, y más de la mitad de las mayores de 45 años tienen la presión alta.
Al mismo tiempo, la cuota de las mujeres que dejan de fumar es más baja que la de los hombres, de modo que entre los jóvenes hay más fumadoras que muchachos fumadores.
Por otro lado, muchas mujeres tienden a buscar el equilibrio psíquico y el relajamiento en la comida o en el tabaco, en vez de recurrir al movimiento, que sería lo aconsejable, afirman los médicos.
Las que tienen que cuidar niños o personas mayores en la familia se olvidan de que necesitan fases de recreo, y otras sufren depresiones o estados de angustia continua sin buscar ayuda.
Los médicos hacen sonar las campanas de alerta para aquellas mujeres que continuamente se hallan bajo estrés, fuman y beben más de medio litro de bebidas alcohólicas al día, les gusta la comida copiosa y pesada y que no han pasado por un control médico desde hace años.
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