La pintura y la música fueron su grito de guerra
Su pintura era su bandera de lucha. Su voz. Quienes lo conocieron lo definen como el pintor de la nacionalidad en el siglo XX en Panamá. En 1976 funda La Brigada Muralista Felicia Santizo, en honor a su abuela, líder magisterial, política. Así nace el primer movimiento muralista.
- Rosalina Orocú Mojica/@panamaamerica
- - Actualizado: 12/4/2015 - 09:30 am
Especial, noble, brillante, excepcional. Así describe Rafaela de Lourdes Moreno López al artista panameño Virgilio -"Viyiyo"- Ortega Santizo (1951-2008), pintor, músico, humanista y creyente.
Empezó a pintar a los tres años de edad. Dedicó 53 a esta pasión.
"Él es el mayor exponente de la pintura nacionalista en este país. Es el pintor de la nacionalidad en el siglo XX en Panamá", nos dijo Rafaela, su esposa durante 16 años.
Por eso, la expo homenaje de 152 cuadros que ella ha organizado y que se exhibe en la Alianza Francesa desde el 8 y hasta el 23 de este mes hace énfasis en el fervor nacionalista que demostró "Viyiyo", quien también firmaba sus obras con el nombre artístico "VITCH".
Si hay algo que le duele a ella es que Virgilio haya muerto pobre y humillado. Sin que se le haya justipreciado su aporte artístico.
"El no vendió su trabajo. Él no lucraba con su arte. Él era un alma muy noble, muy pura. Sus obras las cuidaba con celo, como la gallina debajo de sus alas a sus pollitos".
De ancestros portobeleños, "Viyiyo" creció en un hogar de educadores, intelectuales, de personas que amaban el arte, la cultura con profundo sentido espiritual: Eneida e Ignacio.'
Perfil
- Nombre: Virgilio Ortega Santizo.
- Obras: 2003 Exposición Madre Naturaleza, Galería Mery Palma, 25 obras de flora y fauna. Pinturas con una belleza, fuerza y color, elogiada por el maestro Manuel Chon Neto y críticos de arte. 2015 Colectiva Mujeres Alcanzando la Luz. La obra "Retrato de Billie Holiday" fue seleccionado por la curadora austríaca Ursula Probots, para participar en esta exposición.
Excepcionales
Así considera Rafaela que eran Virgilio y sus hermanos Ignacio "Cáncer" y Dirk Ortega.
Al primero se le recuerda como poeta y artista plástico. A Dirk se le conoció como el Eddie Palmieri panameño. Eneida, la menor, es economista.
La casa de "Viyiyo" en Betania era un centro donde se reunían músicos y artistas, nos dice Rafaela, quien sigue rememorando a su exesposo y padre de su hija Alejandra.
"Virgilio era de pocas palabras. Él no hablaba pendejadas. Pintaba y hacía música. Ese era su grito de guerra. A través de la música y la pintura se expresaba mejor. Su pintura era una pintura social. Era su bandera de lucha. Su voz".
Añade que "Viyiyo es el mayor exponente y el pionero de la pintura mural en Panamá".
Corrían los años 70 y 80. "Él y su hermano Cáncer, junto con otros artistas y promotores del cambio social, iban por las noches a la Avenida de Los Mártires, Avenida B y Avenida Balboa y pintaban murales. Llegaba la policía a llevárselos presos".
"Se metía en los lugares donde estaba el pueblo. En la zona roja. Un detalle muy importante que le fascinaba y se daba cada vez era que cuando empezaban a pintar los murales, los primeros que llegaban eran los niños".
Él los animaba a sumarse al grupo, porque estaba convencido de que un niño que entra en contacto con la pintura se sensibiliza, es un hombre bueno cuando grande. Pensaba que era preferible que estuviesen pintando a robando mango, ciruelas o tirándoles piedras a los pájaros. Les daba los pinceles y los ponía a pintar.
Otras facetas
Como músico (tocaba el chelo y la conga) interactuó con Willie Colón, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano y Rubén Blades. De hecho, "Viyiyo" es el autor de la banda sonora de películas del Gecu, de obras de teatro ("Bodas de Sangre" y "Yerma", del español Federico García Lorca) y de videos de Unicef. También acompañó con su música trabajos de Pepina y poemas y obras teatrales de "Chuchú" Martínez.
Virgilio era deportista. Competidor de carreras largas y cortas. Corría diariamente 10 kilómetros, desde Betania hasta el Enrico Fermi (escuela en Paitilla). Desde los siete años, su hija corría junto a él.
"Siempre llevaba consigo un libro, un pincel, pintura, un rosario, papel y lienzo, para por si tenía que hacer tiempo", dice Rafaela, la cual también recalca otro aspecto de la personalidad del polifacético panameño.
"Era un fiel creyente. Rezaba el rosario mientras corría y cuando tenía que hacer filas o esperar turno". Murió un 25 de diciembre.
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