Editorial
Reunión sin fondo
La ausencia de un comunicado conjunto de la reunión de los presidentes de Panamá y de Colombia revela que no hubo acuerdos conspicuos sobre los temas importantes
- Publicado: 29/7/2014 - 12:00 am
La ausencia de un comunicado conjunto de la reunión de los presidentes de Panamá y de Colombia revela que no hubo acuerdos conspicuos sobre los temas importantes para tratar en forma bilateral: la extradición de María del Pilar Hurtado, el levantamiento de los aranceles colombianos a la exportación de calzado y ropa, a través de la Zona Libre de Colón (ZLC), y la firma del tratado de libre comercio, que Panamá necesita para ingresar a la Alianza del Pacífico. El presidente Juan Manuel Santos regresó a su país sin dar declaraciones porque, en verdad, no había nada trascendente que anunciar. En el fondo, fue una reunión de tipo social por completo estéril en las relaciones bilaterales.
Colombia es el país vecino de mayor importancia estratégica para Panamá. Por la frontera común terrestre y marítima circulan narcotraficantes, guerrilleros subversivos, inmigrantes extranjeros que ingresan clandestinamente. En el plano comercial hay un intercambio de potencialidades no explotadas. Sin embargo, el gobierno panameñista pareciera que no tiene claridad del rol panameño en las relaciones con Colombia.
Santos llegó para que le diéramos una explicación convincente del paradero de la exjefa del Das. Pero recibió una respuesta frustrante: El presidente Juan Carlos Varela le dijo que ignoraba su actual paradero y que, por tanto, la extradición quedó en el aire. Por otro lado, el tema de los impuestos aduaneros a las exportaciones de la ZLC no pudo ser tratado debido a que Panamá ha recurrido a la instancia de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para resolverlo.
Santos ha declarado, reiteradamente, que la industria de calzado y ropa de su país se vio perjudicada por la competencia desmedida con bajos aranceles de las importaciones de los productos chinos. Antes del fallo de la OMC no va a dar su brazo a torcer.
La interconexión eléctrica con Colombia es un proyecto de antigua data. Los gobiernos panameños anteriores no la negociaron adecuadamente porque implica una dependencia energética de alto costo económico y político. Las crisis continuas en la generación energética de fuente hídrica instan a buscar alternativas autóctonas menos costosas y sin protestas por afectaciones al medioambiente. La sequía también involucra a Colombia, por lo demás.
En el gobierno de Guillermo Endara se creó la comisión colombo-panameña para fortalecer las relaciones con el vecino país, en una demostración de pragmatismo diplomático que está destiñendo el gobierno de Varela por su ubicuidad diplomática.
El gobierno panameñista privilegia las relaciones con Venezuela, y actúa como intermediario de los intereses económicos del grupo Motta en las deudas impagas de su compañía de aviación.
Colombia defendió a Panamá para que recuperara su posición en el Grupo de los Ocho, del que fuera expulsado por la dictadura de Noriega. El presidente César Gaviria dio instrucciones a la canciller Noemí Sanín para que apoyara a Panamá en la justa reinserción en los foros diplomáticos. Pero no hay huellas de comprensión de las relaciones institucionalizadas por la comisión de vecindad colombo-panameña. Por estas razones subyace la sensación de fracaso del encuentro presidencial. Santos partió de forma rápida para no contaminarse del estilo poco efectivo de su colega panameño.
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