Críticas por la falta de información y como entregan los cuerpos
Los familiares de los atrapados en el edificio Álvaro Obregón 286 por el terremoto, precisan que no hubo un adecuado manejo de la información sobre fallecidos y sobrevivientes.
- México
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- EFE
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- @PanamaAmerica
- - Actualizado: 30/9/2017 - 09:34 am
Las angustiosas horas frente a los edificios derrumbados, la información a cuentagotas y el protocolo de entrega de cuerpos de sepultados por el terremoto en México causó perplejidad y enfado en muchos familiares, denunció Darío Hernández, pareja de Adrián Moreno, fallecido en la tragedia.
"Nos mantuvieron con la ilusión de que Adrián estaba bien desde el primer día", aseguró este joven, de 27 años, que afirma que durante la semana de espera frente al edificio Álvaro Obregón 286 de la Ciudad de México, donde todavía puede haber decenas de sepultados, mantuvo la esperanza y creyó en las autoridades.
El terremoto de México de magnitud 7.1 del pasado 19 de septiembre ha dejado al menos 345 fallecidos, 206 en la capital.
Darío, los padres y el hermano de Adrián, de 26 años, supieron que el joven, que trabajaba en este inmueble de oficinas, estaba bajo los escombros minutos después del sismo.
Atentos a las informaciones oficiales, Darío lamentó que llegaran a sus oídos, por parte de gente movilizada en la zona cero, informaciones que alimentaban falsas esperanzas.
Por ejemplo, tras el rescate con vida de la jefa de Adrián, Diana Loana Pacheco, se les dijo que ella aseguraba que había 13 personas vivas bajo los escombros. "Y que Adrián estaba en este grupo", afirmó Darío.
En estos primeros días, los más confusos, incluso se hicieron listas de personas "vivas" dentro del edificio, aparentemente por alguien que consideraban de la autoridad.
"Nos hablaron incluso de dos burbujas de calor. Donde supuestamente había gente viva, explicó.
Los familiares se repartían entre quienes estaban en la zona del derrumbe y quienes acampaban algo más alejados, fuera de las vallas, a quienes les informaba un civil, que fungía como portavoz no oficial, lo que también provocó posibles errores y distorsiones de comunicación.
La información era cada vez más espaciada, se hablaba incluso de "inconsistencias", y a ello se sumaban las incesantes noticias falsas y rumores procedentes de redes sociales y medios de comunicación, que minaron los ánimos.
"Se hablaba de que quedaban solo tres con vida. O que entraría maquinaria pesada (a remover escombros). Les tuvimos que decir a quienes nos mandaban esto que pararan. Nos ponían más nerviosos", recordó Darío, que con la familia de Adrián decidieron escuchar solo información oficial.
Llegó el fatídico lunes, cuando encontraron a Adrián sin vida, uno de los más de 20 cuerpos recuperados en este edificio.
Darío se enteró por un amigo suyo, quien en apoyo a la familia reportó el caso en Locatel -un centro de contacto capitalino de las autoridades- y llamó para decirle que el cuerpo estaba en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo).
Para la familia, el 'shock' fue absoluto. Ellos seguían frente al edificio derrumbado cuando Adrián llevaba horas en ese centro.
"El cuerpo estaba irreconocible. (...) Adrián recibió un fuerte impacto el día uno y falleció ese mismo día".
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