Crisis
El paso del PRD por el desierto
Si fuera la primera vez que el Partido Revolucionario Democrático (PRD) se plantea la posibilidad de refundarse, estaría seguro de que eso es exactamente lo que sucedería.
- Guillermo A. Ruiz Q./Ingeniero y analista político
- - Publicado: 24/7/2014 - 12:00 am
Si fuera la primera vez que el Partido Revolucionario Democrático (PRD) se plantea la posibilidad de refundarse, estaría seguro de que eso es exactamente lo que sucedería. Ahora, no conozco en el mundo un proceso exitoso de refundación de un partido fuera del gobierno, sin que el mismo no termine atomizado o reducido a la mínima expresión. Y a partir de esta premisa, es que me parece que dentro de ese partido los grupos beligerantes no han interiorizado aún lo que sucede entre sus filas.
EL PRD NO ES UN PARTIDO POLÍTICO CONVENCIONAL. EN REALIDAD ES UNA FEDERACIÓN DE PARTIDOS CON DIVERSOS LIDERAZGOS CON MÚLTIPLES IDEOLOGÍAS Y DOCTRINAS.
Creo que lo he explicado antes, el PRD no es un partido político convencional. En realidad es una federación de partidos con diversos liderazgos con múltiples ideologías y doctrinas. En algún momento, decidieron que serían social demócratas de nombre, como para homogenizar en la descripción que solicita el Tribunal Electoral de Panamá.
Estos grupos, cada cierto tiempo se ponen de acuerdo por diversos métodos y eligen a un secretario general que terminará por ser el candidato a presidente de la República. En el camino, se va negociando qué tan lejos o cerca del entorno del dirigente principal queda cada facción y sus líderes. De ganar, entonces se procede a configurar el Gabinete basado en esa negociación. Esa es la razón por la cual vemos que el PRD repite figuras cada vez que llega al gobierno, y el panameñismo no.
En 1991, la dirigencia del PRD llegó a dudar de la posibilidad de que ese partido volviera a ser trascendente en la vida nacional. Incluso, se plantearon muy en la intimidad del equipo reorganizador, hacer una alianza con miras a las elecciones de 1994 con la Democracia Cristiana (DC). Sin embargo, los resultados de las elecciones parciales legislativas y el frustrado intento por reformar la Constitución, que el partido de la estrella verde debió haber ganado en ambos casos, convenció a la cúpula partidaria de entonces que ese no era el camino. Incluso, esta idea fue sepultada por el proceso de demolición que inició el Partido Panameñista contra los verdes, hoy queridos socios políticos.
Quizás ese ha sido el momento más parecido al actual. La diferencia fue que, contra todo pronóstico, el PRD regresó al poder ya como un partido que practicaba la democracia tanto interna como externa en 1994. Todo sin cambiar los símbolos ni los postulados del llamado “Torrijismo”.
La situación de hoy es muy delicada para el PRD. Si sigue pasando el tiempo, muy pronto, hacer un análisis de esa organización política con miras a que regrese al poder será una lamentable pérdida de tiempo. Ese partido, por más que algún expresidente lo intente retomar o se busque una figura externa muy popular en nuestro país de líder, va camino a convertirse en un partido bisagra, como lo es hoy el Partido Popular (PP) y el Molirena.
La antigua DC fue reducida a su mínima expresión, primero por la arremetida política que desde el gobierno de Guillermo Endara se emprendió, y luego los intentos de la exmandataria Mireya Moscoso de fusionar ese colectivo a su partido. Ante esta situación, se decidió refundar a la DC en el hoy PP, que nacía para “ser una tercera fuerza”. Ante la nula coherencia del discurso, no le ha quedado de otra que buscar el poder a través de los partidos políticos trascendentes.
POR MÁS QUE ALGÚN EXPRESIDENTE LO INTENTE RETOMAR O SE BUSQUE UNA FIGURA EXTERNA MUY POPULAR EN NUESTRO PAÍS DE LÍDER, VA CAMINO A CONVERTIRSE EN UN PARTIDO BISAGRA, COMO LO ES HOY EL PARTIDO POPULAR (PP) Y EL MOLIRENA.
El Molirena nunca logró articular un discurso y una propuesta de partido político grande, con reales posibilidades de llevar a uno de sus miembros al palacio presidencial. El último reducto del viejo liberalismo panameño es, al igual que el PP, un partido dedicado a ser la puerta por la cual los partidos grandes puedan pedirles a los independientes que voten por sus candidatos, del signo que sea.
Por otro lado, la principal motivación del miembro del PRD ha sido la esperanza de volver al gobierno.
Si se fijan, al presidente Varela le ha sido sumamente difícil llenar los más de 500 puestos de mando y jurisdicción que tiene el Estado panameño. El primer requisito es no haber sido una figura destacada del entorno de Mireya Moscoso. Luego, del gobierno pasado, y así. Con el PRD eso nunca ha pasado: siempre hay de 3 a 5 personas listas y capacitadas para cada puesto. Esas personas ahora se ven ante un escenario absolutamente nuevo. La próxima vez que participen en unas elecciones, habrán pasado 10 años en oposición. Todos los partidos que han vivido ese “paso por el desierto” o han desaparecido, o caen en la categoría de bisagras que expliqué anteriormente.
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