El rincón de la gloria
El gran capitán del baloncesto nacional (Parte I)
Conozca la trayectoria de uno de los mejores jugadores que ha tenido nuestra tierra. Uno de los pocos que ha completado el ciclo olímpico, una
Conozca la trayectoria de uno de los mejores jugadores que ha tenido nuestra tierra.
Uno de los pocos que ha completado el ciclo olímpico, una de las personas más influyentes que ha tenido el baloncesto nacional en todas sus categorías, conocido en sus tiempos como Julio Osorio Quintana.
Nació y vivió por muchos años en calle 21 de El Chorrillo, formándose en el fútbol como defensa central en el Club Plaza Amador.
Su estatura de seis pies y 3 pulgadas le tenía en el equipo nacional un puesto seguro a través de los años.
Participó en la Liga Antonio “Nino” Castorina, hoy conocida como minibasket, jugando para el Deportivo Elvia De Flores, bajo las instrucciones de Julio "Andamio" Arosemena, una estrella del tabloncillo.
Mientras cursaba los estudios secundarios, “Julín” se daba a conocer en los campeonatos nacionales e hizo historia de la mano de su profesor de Educación Física, Don Felipe Perdomo, en su alma máter, la escuela de Artes y Oficios Melchor Lasso de la Vega.
En la ciudad de David, provincia de Chiriquí, le arrebatan el título intercolegial nacional al Colegio Félix Olivares donde participaron varios colegios, entre estos el Colegio Abel Bravo de Colón y el Instituto Nacional, entre otros.
“Julín”, introvertido, fue ganando fama con el quinteto de la Escuela Artes y Oficios, logrando hacer historia una y otra vez. Campeones de la mano del profesor Perdomo, en la categoría menor, igualmente con el equipo de su calle 21, Bridgestone, coronándose varias veces en el Gimnasio “Neco” De La Guardia, donde no cabía ni el clásico alfiler por la calidad de los jugadores.
Con su barra brava, llevando todo tipo de instrumentos al gimnasio nacional.
Un jugador muy defensivo, era una garantía jugar al lado del maestro porque contenía al mejor jugador de la época, sea nacional o internacional.
No hablaba, su estilo de juego hablaba por él, lo daba todo en la cancha, un atleta muy disciplinado, entrenaba como si fuera un partido más, te aconsejaba, inclusive, a los técnicos; cuando le pedían su opinión se las daba y para él todos éramos iguales, pero a cada uno nos decía que aportáramos nuestro grano de arena en los tabloncillos para vencer.
Su paso en la categoría mayor escalaba vertiginosamente con los quintetos Atlas, Whisky Escocés y Millonarios, adaptándose con sus compañeros de equipo.
“Julín” aún es muy querido por la familia del baloncesto, llamado para formar parte en 1961 del equipo que participó en los IV Juegos Deportivos Bolivarianos de Barranquilla, Colombia, donde conquistó la medalla de oro, la primera de una larga trayectoria con honores fuera y dentro de los tabloncillos.
En mi poco conocimiento que tengo del baloncesto, es uno de los deportes que más glorias le ha dado a nuestro país y ha habido un atleta extraordinario de categoría ejemplar y mundial como Osorio, quien subió al podio en quince ocasiones como capitán para recibir y cantar nuestro himno nacional en diferentes campeonatos y juegos deportivos.
Don Julio Osorio Quintana era un líder muy serio en la cancha, siendo relevante su labor tanto en la defensa como en la ofensiva, reboteador importante a pesar de que sus oponentes le aventajaban en estatura.
En lo personal, “Julín” me aconsejó, fui su compañero en la selección nacional; no fue egoísta, siempre estaba dispuesto a colaborar con todos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.