Fiesta, tradición y oraciones en la Gran Plaza para la Virgen de Guadalupe
Actualizado 2017/12/11 22:17:24
- México/EFE
Llegados de diferentes estados e incluso de otros países latinoamericanos, los devotos llenaron las calles que conducen al templo en honor de la Guadalupana, donde se conmemoran sus apariciones a Juan Diego.

Llegan a la Basílica de Guadalupe haciendo penitencias . FOTO/EFE
La tradición se toma la ciudad de México, ya que miles de peregrinos han invadido la ciudad para rendirle tributo a su patrona, la Virgen de Guadalupe.
Miles de peregrinos llegaron a la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México para conmemorar a la virgen morena, una celebración en la que se espera la asistencia de ocho millones de personas.
Llegados de diferentes estados e incluso de otros países latinoamericanos, los devotos llenaron las calles que conducen al templo en honor de la Guadalupana, donde se conmemoran sus apariciones a Juan Diego.
De acuerdo con la tradición, la virgen se le apareció a este indígena varias veces en 1531, la última el 12 de diciembre de aquel año.
Al arribar a la gran plaza que se encuentra frente a la basílica, varios grupos realizaron bailes tradicionales, mientras que otros se amontonaron a las puertas del templo, algunos con la imagen de la virgen en las espaldas o cargando estandartes.
Para este año, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la capital puso en marcha un dispositivo en el que participan 1,094 policías con el apoyo de 398 vehículos.
La delegación Gustavo Adolfo Madero, donde se encuentra la basílica, registró hasta ahora una afluencia de 3 millones de visitantes.
Protección Civil hizo a los peregrinos recomendaciones como utilizar al menos tres capas de ropa, para protegerse del frío, y portar una tarjeta de seguridad con datos básicos como tipo sanguíneo, alergias y número telefónico.
Las cuatro estaciones del servicio Metrobús permanecerán cerradas al público, y la Secretaría de Seguridad pidió evitar la circulación con vehículos por la zona.
Por otro lado, los indígenas chamulas, reconocidos por la mezcla de tradiciones mayas y católicas, llegaron con su fervor religioso a la Basílica de Guadalupe, tras una peregrinación de 900 kilómetros desde las montañas del sureste de México.
Poco más de 913 kilómetros recorrieron desde su comunidad de San Juan Chamula, estado suroriental de Chiapas, a Ciudad de México para expresar su devoción, agradecimiento y peticiones ante la Virgen del Tepeyac.
Ana María Gómez contó que viajó hasta la capital para pedirle a la Virgen morena "salud, trabajo, bienestar para todos, que ayude a los más necesitados, hay mucha gente en los hospitales, en la cárcel que son inocentes o muchos que pasan hambre".
Nacido en pleno centro de la cultura chamula, Luis Gómez indicó que cada peregrino tiene sus propias peticiones a la Virgen de Guadalupe.
"Cada peregrino sabe qué va a ir a pedir, unos por estudio, otros por trabajo, tal vez algunos sufren de familiares enfermos, (...) van a ir con fe y sabemos que se les va a cumplir", sostuvo.
Ofelia Girón Gómez detalló los preparativos que hicieron para la peregrinación, los cuales dan inicio con una reunión en casa del responsable y culminan cuando le presentan todos a la virgen sus oraciones y sus peticiones.
"Todos tomamos café, pan entre toda la familia, ya luego nos vamos a la iglesia a hacer el rezo (...) Nos preparamos desde las 3 de la mañana (para) pedir por mis hijos, por mi esposo y por mí, más que nada por la salud y el amor", comentó.
Los que se que quedan en San Juan Chamula también celebran. En sus hogares y comunidades preparan los altares y piden servicios religiosos que son acompañados por serenatas, que forman parte de la tradición guadalupana.
El pueblo de San Juan Chamula, ubicado a once kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, tiene alrededor de 67,000 habitantes, principalmente de la etnia tzotzil y en su mayoría profesan la fe católica, aunque conservan sus tradiciones y creencias de origen prehispánico.
Ataviado con su traje regional, Alfredo Pérez, indígena maya-tzotzil de la zona Altos de Chiapas, por más de 30 años ha dejado todo para celebrar a la Virgen de Guadalupe, en unión con su familia y otras 50 personas.
"Le agradezco a la Virgen que hemos permanecido (con) esta cultura y esta tradición y esperemos que esto nunca se quede atrás y lo vamos a ir reforzando" con la enseñanza de esta tradición a los niños, dijo Pérez.
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